El ser humano no puede ser, con respecto a unas autoridades o con respecto a algún problema -por ej: el hambre-, PASIVO, OBEDIENTE Y CONFORMISTA, sino todo lo contrario: ACTIVO, CRÍTICO Y EXIGENTE. Porque, si no, nunca se resolverá nada y facilitaría asimismo la irresponsabilidad, la indiferencia y el no compromiso como también, en COMPLICIDAD, el totalitarismo, la opresión, el nepotismo o cualquier abuso de poder.
NINGÚN HECHO INJUSTO SE MOVERÁ HACIA EL HECHO JUSTO SI TÚ NO TE MUEVES, DE FORMA QUE TE NIEGUES A HACER LO MISMO
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