Así es la verdad, cualquier asociación que simpatice con una dictadura u otra que defienda totalmente un negacionismo de la realidad va a exponer o a "vender" unas buenas intenciones maravillosas, irresistibles, perfectas, irrenunciables, sí, capaces de convencer (sin posible escapatoria) hasta al que está jurando ahora mismo que no lo van a engañar.
Por eso, las buenas intenciones las carga el diablo, y de verdad solo la chocante razón es la que te salva para que no seas un irresponsable o un sinvergüenza cómplice de todos estos errores.
1 comentario:
Muchos quieren quedar bien con todos: con el explotador, con el manipulador, con el corrupto, con el que odia al inmigrante, con el taurino, con el ateo, con el cazador, con el fanático de la patria y con todas las mentiras.
Sí, quedar bien con muchos es objetivamente ganar votos, premios, influencias, besitos en el culo, columnas en la prensa, puertas abiertas por todos sitios, y un sin fin de evitar verdades.
Pero ¿qué pasa con el que tiene un deber total con la ética-verdad y lo cumple totalmente por su condición de ser bueno?, ¿qué pasa con él? (ésa es la pregunta del siglo).
Pues que todos, todos, sí, que todos vosotros lo vetáis y lo fusiláis de inmediato, teniendo él que resistir, aguantar, agonizar, enterrar lágrimas, sobreexistir, superar toda una serie de criminalidades y de torturas infinitas solo por lo que le hacéis vosotros o por vuestra cara.
Exacto, eso nada más ha sido el resumen de la historia, que el que se guía por la verdad sin engaños y lucha por solo ella no cuenta jamás ni con agua entre tantos pillos y aprovechados que se mueven por todos los estamentos sociales, por todos los rincones de la sociedad o de Internet.
¡Pero hay esperanza!, ¡claro!, ¡algo me dice que ése «terrorismo monstruoso» terminará!, y ¡menos mal que terminará de una vez o al fin! José Repiso Moyano
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