Así es, valorar no en función de modas, caprichos, presiones, alineaciones, costumbres, conveniencias, corporaciones, poderes o de valoraciones preestablecidas, sino de tal como es la realidad y de lo que ésta requiere racionalmente, es la ética o el bien.
Un mal valorar es tan peor mal como todos los males juntos, pues anula al bien (al menos cualquier mal tiene un camino, pero un mal valorar anula cualquier orientación: es oscuridad).
Así es, en cuanto tú no valores a la razón como la razón, sino como otra cosa (y vete a saber lo que se lía ahí de anulación), ya todo por seguro es mal en ti aunque lo pongas muy bonito todo o pillees con unos seductores adornos perfectos. O en cuanto tú no valores a la Tierra como la Tierra, sino como otra cosa (conveniente para ti), ya todo es mal en ti aunque lo pongas muy bonito todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario