Y no puedes llamarte bueno (con marketing o con repugnantes estrategias) si tus acciones objetivamente siempre matan ya al bien.
Y todo porque tú no proteges (encerrado en tu buenismo o en crueldad maquillada) a la razón, al nunca proteger al que la demuestra. Sí, es algo clarísimo, pues jamás podrás tú realmente (o no mentirosamente) proteger al cristianismo, si antes no proteges a Jesucristo. Otra cosa siempre sobra, es mal de males.
1 comentario:
Jamás de los jamases podrás decir sensatamente (o en verdad) decir que proteges a la razón si antes no proteges al que la demuestra.
Este es el pilar número uno de toda la ética de todos los universos y de todos los respetos posibles y de todas no corrupciones y de todas las inteligencias verdaderas.
Publicar un comentario