Más claro, si tú vas a Israel, y Jesucristo está siendo aplastado, aunque todos los escritores fariseos reciban el Nobel o se arrastren o vendan la ética-alma por el éxito, ellos objetivamente son unos nazis
Ninguna frase es digna de que la digas si no demuestras solo racionalmente lo que dice, otra cosa no vale ni menos en ética. Si te manipulan (de improviso o sin saberlo), ellos tienen la culpa; pero si te siguen manipulando (y ya lo sabes o te lo están demostrando), entonces tú tienes la culpa. Que a ti te guste decir pillamente que haces el bien es una cosa, defenderlo o probarlo es ya decentemente lo contrario. Ninguna verdad debe temer a alguna mentira, ¡cierto!, ni aunque a tal mentira la defiendan cinco o diez mil -o mucho más- vendidos; porque, si no, se destruye tal base que sostiene o hace que funcione todo.
Y no basta que sientas dolor por un dictador o solo por tu perro o sentirlo sin hacer nada
- No estar condicionado por prejuicios (antes de pensar en un tema, no puedes tener pensamientos concluidos o ya concluyentes).
- No escoger elementos no racionales (de gusto, de creencia, de tópicos, de "lo dicen muchos", de "me parece normal, bueno o lógico" -puesto que hay que explicar siempre la lógica, si la hay-)
- No impedir el completo proceso racional (claro, dejando que te hablen no únicamente los que están de acuerdo contigo, y de seguida censurando o huyendo de la contraargumentación).
- No mezclar nunca la razón con mecanismos de confusión o deconveniencia (el que sea obligatorio "ser patriótico" o ser obediente o ser de tal clase o marca, por ejemplo).
- Aplicar únicamente las reglas racionales (la no contradicción, etc; nunca otras)
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ESTRATEGIAS DE LA CRUELDAD PRACTICADA A TRAVÉS DE LA MÁSCARA DEL BUENISMO:
- Decir todos que van a ayudar a la racionalidad; pero, al final, nadie la ayuda (y siempre sí a la mediatización falsa con influencias humillantes de poder y recursos públicos).
- Decir todos que van a ayudar a la justicia social; pero, al final, el marketing, los lobbys, los bancos y los dictados religiosos son los ÚNICOS QUE GANAN -en objetiva práctica- quedándose sola la justicia social.
- Decir todos que luchan por la libertad; pero, al final, se dejan esclavizar totalmente por demagogos -en adicción estúpida al mediático demagogo-, por encadenantes costumbres y por alineaciones -en borreguismo- opresoras de libertad o incontestables.
- Decir todos que quieren erradicar la pobreza; pero, al final, la desigualdad realmente va aumentando -y el resultado es el que vale-. Porque cada instante de sus vidas ayudan a lo mismo -en ceguedad- o a las mismas reglas del circo del poder y de sus mecanismos injustos; además, sí -con miserable ética-, desprotegiendo o maltratando al que construye racionalizando en sensatez todo y no consintiendo eso.
29 de mayo de 2014
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