- Un no deslucirlo por ti (o un no ridiculizarlo para no debilitarlo).
- Un no confundirlo por ti (y así no se evita tal como es, clarificado, especificado, para ti ni para los demás).
- Un no justificarle nunca una desprotección (porque realmente le des la prioridad de bien sobre lo que no lo es).
- Un exigirlo críticamente tanto en ti como en los demás (puesto que el bien es un deber-responsabilidad que se evalúa porque no se descuide, sí, el cual siempre se exige y nunca se consiente su descuido).
1 comentario:
Y lo esencial para no confundir el bien es... no inventarse el bien; así es, como no puede inventarse cada uno unas "reglas de tráfico" a la conveniencia del cabezo bruto imparable de presuntuosidad.
Sí, el bien solo está determinado o demostrado por la razón-ética o también (que es lo mismo) por ejemplaridades, como Jesucristo, que nunca presentaron contrariedad con lo que es realmente el bien de todos (eso sobre una base de demostración práctica-experimental o racional).
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