martes, 28 de abril de 2015
En España, sin defender verdaderamente la razón, todos se creen que saben -en sin razón-; y, a bandadas de bocazas, van sembrando sus líos o ligerezas mentales como verdades en los medios megalómanos de estupidez. Claro, al final el fruto es solo más líos enredados y más desconocimiento racional de todo. ¡Crueldad!
No hay nada más miserable que me roben dignidad por tanto juego sucio, que le roben el pan al espacio de la misma ética o al que la ha demostrado, que se lo roben al mismo Jesucristo, al que no ha callado ninguna injusticia, ¡al que no se ha vendido negociantemente como ellos!
1 comentario:
LA FUNDAMENTACIÓN DEL MAL EN LOS ESCRITORES ESPAÑOLES (germen de megalomanía vistiéndose pillamente de buenismo, estupidez, porque sí, y destrucción).
En la naturaleza, una cría recibe de su madre todo lo correcto o todo lo que necesita para la naturaleza, ¡eso es el equilibrio!
Pero ¿qué pasaría si hay un INTERMEDIARIO (escritor, medio de camunicación, demagogo, etc) que le dice que la lluvia es una sandía o que los coches corren mucho para el bien de ellos?
Pues que desde ahí empiezan todas las injusticias.
Sí, las crueldades todas empezaron cuando unos pillos intermediarios (que en prepotencia se creían buenos) empezaron a no tener límites, ni responsabilidades ni equilibrio en lo que transmitían como intermediarios enloquecidos.
Escriben libros como rosquillas llenos de confusiones, de estupideces, de tópicos, de comportamientos manidos y retraídos, de mediocres argumentos, de pamplinadas de niñeces o de inmadurez, de prejuicios a toneladas, de descuidos éticos, etc.
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Siempre sufre el mismo, el que nunca recibe de ti ni directa ni indirectamente alguna ayuda, porque jamás -con probación- has ayudado a lo que solo aporta en desprotección -algo nazi-.
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Si no permites, apoyas ni valoras a quien tanto ha estado sembrando razón-ética ¿qué beneficio haces al bien o a la razón-ética? Esto es lo que esquivan muchos españoles UNA Y OTRA VEZ, y no se enteran, y no son conscientes ni en un ápice. Siguen y siguen, al montaje destructor del buenismo perverso o de la confunsión de color de rosa, y no paran así de destruir.
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Si no permites razón ¿cómo va a haber razón?, H de la gran mierda; si no permites a Jesucristo realizarse en algo ¿cómo va a haber cristianismo?; si no permites que se vea la luz, ¿cómo se va a saber que está ahí? Y así todo... ¡pero no lo permiten!, son duros de mollera puerca.
3 de marzo de 2013
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