Y jamás un campesino o un carpintero han instalado alguna confusión, sino intelectuales embaucadores, a doble moral, aprovechados de tal corrupción
martes, 15 de julio de 2014
Solo quienes instalan confusiones en la sociedad instalan asimismo las más graves consecuencias de crueldad o de injusticia. Una confusión es el anteponer el gusto, el capricho, el fanatismo o la sinrazón a lo correcto o a lo sensato -algo que queda pospuesto a las pancartas de cualquier dirigido y sobreprotegido porque sí-.
Y jamás un campesino o un carpintero han instalado alguna confusión, sino intelectuales embaucadores, a doble moral, aprovechados de tal corrupción
Y jamás un campesino o un carpintero han instalado alguna confusión, sino intelectuales embaucadores, a doble moral, aprovechados de tal corrupción
2 comentarios:
Hay más intelectuales ignorantes que ignorantes que deban dejar la ignorancia.
El bien empieza atendiendo lo más pequeño, desde lo más pequeño o desde los detalles que es lo que da exactitud o precisión de bien.
Así es, el bien no se hace con la vista gorda, aprobando prejuicios, justificando cada vez más descuidos, sino el bien es algo muy íntegro, completo y delimitado PARA QUE NO EXISTA LA MÁS MÍNIMA CONFUSIÓN y se distinga claramente el acierto con respecto al error, a Dios con respecto al diablo.
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Por eso se hace el bien en todos los sentidos, venciendo la conveniencia, la parcialidad o el antropocentrismo.
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