sábado, 8 de marzo de 2014
Todos deciden; pero los que poseen poderes fácticos y los gobernantes deciden los recursos públicos y las limitaciones de las libertades sociales. Por eso, son los que proporcionalmente pueden hacer en realidad más daño.
Y, para decidir, claro, hacen falta razones o verdades fundadas en la realidad, no las incontables mentiras demostradas que utilizan. También, no se puede ir con el cuento de que, como todo ser humano, cometen errores y hay así que resaltarles lo bueno que hacen; porque todos los gobernantes tuvieron aciertos, ¡todos!, pero hay que señalarles sobremanera los desaciertos -lo grave-, precisamente para que no vuelvan a ocurrir, para evitarlos.
El ser humano tiene ya el bien social como un deber constante; pero el grave error nunca ha de quedar inadvertido, para evitarse.
Y, para decidir, claro, hacen falta razones o verdades fundadas en la realidad, no las incontables mentiras demostradas que utilizan. También, no se puede ir con el cuento de que, como todo ser humano, cometen errores y hay así que resaltarles lo bueno que hacen; porque todos los gobernantes tuvieron aciertos, ¡todos!, pero hay que señalarles sobremanera los desaciertos -lo grave-, precisamente para que no vuelvan a ocurrir, para evitarlos.
El ser humano tiene ya el bien social como un deber constante; pero el grave error nunca ha de quedar inadvertido, para evitarse.
1 comentario:
Sí, si Stalin tuvo el acierto de vencer a los nazis, no tengo por qué hablar de él al lado de tantos crímenes que cometió.
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