Uno cualquiera puede vivir pobre en una tribu, pero tiene protecciones en ella; uno cualquiera puede luchar por una causa justa, pero ya cuenta con unas comodidades de protección que le hacen -objetivamente- fácil su lucha.
- obedecer las costumbres a costa del sentido crítico y de la conciencia de los valores éticos,
- alinearte por defender solo los intereses creados de esa alineación,
- consentir las injusticias que crean los poderes fácticos o dominantes para que no tengas problemas con ellos y sí unas compensaciones de soborno ético o de complicidad.
1 comentario:
El vender los principios éticos (honor, decencia, etc.), o sea, el cambiarlos por algo que no son ellos, está muy de moda. Los vendidos están en éxito por la aprobación impune que se hace de sus corrupciones.
La mierda, sí, gusta y mucho.
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