- Decir todos que van a ayudar a la racionalidad; pero, al final, nadie la ayuda (y siempre sí a la mediatización falsa con influencias humillantes de poder y recursos públicos).
- Decir todos que van a ayudar a la justicia social; pero, al final, el marketing, los lobbys, los bancos y los dictados religiosos son los ÚNICOS QUE GANAN -en objetiva práctica- quedándose sola la justicia social.
- Decir todos que luchan por la libertad; pero, al final, se dejan esclavizar totalmente por demagogos -en adicción estúpida al mediático demagogo-, por encadenantes costumbres y por alineaciones -en borreguismo- opresoras de libertad o incontestables.
- Decir todos que quieren erradicar la pobreza; pero, al final, la desigualdad realmente va aumentando -y el resultado es el que vale-. Porque cada instante de sus vidas ayudan a lo mismo -en ceguedad- o a las mismas reglas del circo del poder y de sus mecanismos injustos; además, sí -con miserable ética-, desprotegiendo o maltratando al que construye racionalizando en sensatez todo y no consintiendo eso.
3 comentarios:
Alguien me dijo: "En todo lo humano hay trampas".
Sí, cuando casi nadie dignifica únicamente la coherencia, "en todo lo humano hay trampas".
Y de trampas y de injusticias se va sembrando y heredando todo.
Vivimos en un mundo colapsado y punto de la crepitación; luego, veremos que es lo que queda
El poder siempre gana, siempre, y los que se arriman a él, y los que callan, y los que oprimen ninguneando dignidad, ESOS SIEMPRE GANAN.
El que pierdes y perderás eres solo tú que no te sirves de otra cosa y solo recurres a la razón y al alma en donde no vale ni el dinero ni el poder.
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