Porque verdaderamente -sin engaños- moderación conlleva imparcialidad, equidad y transigencia; justo lo que un partido -o el secuaz partidario- NUNCA puede tener, ya que imposible que un partido político sea no partido o imparcial, imposible es que se atenga a la equidad cuando no tiene equidistancia -al ser una parte- e imposible es que sea transigente cuando las medidas esenciales del otro partido nunca las aceptará.
Por lo tanto, la moderación solo es condición de una personalidad que, coherentemente, la demuestra, no sujetándose a condiciones de partido.
6 comentarios:
Los partidos o sus partidarios pueden tener solo ACERCAMIENTOS a la moderación; pero... de ninguna forma les es propia.
La falacia es la que tiene poder y a ella ayudan todos en complicidad; no quieren dejar de ser esclavos de esto.
Sí, la hipocresía y la falacia es algo que APOYAN todos, menos uno por cada 10 millones; solo he comprobado desde que nací crueles -de alguna manera- que son protegidos y premiados.
¡Es eso lo que han enseñado!
Pero en realidad, bajo esas premisas, nadie es moderado; puede ser moderado en ciertas cosas y en otras tirar hacia un lado u otro.
Es imposible ser moderado total puesto que inplicaría no ser humano, no en el sentido de deshumanizado, si no en el de Ser superior.
María Dolores:
Te recuerdo que Gandhi era un moderado, no tenía partido (solo buscaba la paz y entendimiento), era equidistante porque absolutamente a todos los consideraba iguales, y era demasiado transigente, así es, Gandhi era un perfecto moderado, al igual que Jesucristo u otros muchos.
Por lo tanto, sí hay moderados; también existen personas coherentes, y personas valientes que nunca se arrodillaron.
Lo que ocurre, Mª Dolores, y esto es muy importante, es que eso necesita MUCHO ESFUERZO, mucho sacrificio, mucho corazón abierto, mucha honradez y honestidad, ¡NO VIENE SOLO!
Y ha de valorarse, claro, si el Dalai Lama te visita y tú no lo valoras -y ni siquiera lo tomas como ejemplo-, pues es como si te visitara una mosca o un murciélago..., no hay producto o efecto de conciencia.
También puedes ser lo más moderado posible perteneciendo a un partido, es decir, teniendo tus ideas propias y críticas frente a él.
Pero, si hay un proselitismo incondicional o a ciegas -o ya dejándote depender emocionalmente de una manera desproporcionada-, no.
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