El tiempo en que un organismo esté expuesto a unos elementos radioactivos o unas radiaciones electromagnéticas (sean o no sean ionizantes, pues la ionización dependerá también de una frecuencia) determinará -junto a la predisposición genética de ese organismo- la alteración de sus células. Sí, la tecnología ha aumentado demasiado todas estas radiaciones sobre los seres humanos (que son levemente graves pero, solo reciben la consideración de graves, si ya sobrepasan unos niveles institucionalmente admitidos); sin embargo, no solo los instrumentos tecnológicos las causan, sino -p. ej.- la contaminación de uranio empobrecido que nos han heredado todas las guerras.* Puntos amarillos indican la detección de la nube radiactiva de Fukushima (de yodo-131 y xenón-133).
Residuos nucleares.
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