Si tú amaras de verdad a la razón (o al bien), pues jamás permitirías que el que demuestra razón quedara  desprotegido,   eso,  en claro  !jamás!

El evitar o el torturar a la verdad-razón (o al que la demuestra) es el mal per se (o el objetivo del diablo practicado). Lo que tú haces escudándote con miles de bla-blas miserables o con todos los poderes.

Porque por mucho tinglado, lío o enredamiento de intereses creados de poder, sí, por mucho rollo de conveniencias de los que tienen las mentes absorbidas por la indecente sinrazón-mentira, sí, por mucha ornamentación de los que quieren establecer lo antiético no más que a base de más pilla ornamentación y mediación, la decencia de una ética no puede resignarse a eso, ni nada ético puede resignarse a eso por mucho cuento que tengan de mentiras-ornamentación o formalismos de lo que tapa-deforma-engaña. ¡Así es de claro!

La sinrazón funciona siempre como excusa para seguir como sinrazón o   como obstáculo para evitar la razón-ética.
Los que trabajan para la mentira-sinrazón (y a veces no lo saben o no se responsabilizan en saberlo) siempre quieren, a rollos, a positivismos (que salvan egos ante todo) o a conceptos abstractos que manipulan o que  excusan sus rollos en demostrable sinrazón, obstaculizar el camino de la sensatez-verdad.

La única misión que tiene un poder es imponer como sea sus intereses, sí o sí, claro, sin faltar a la verdad. Y lo hace de la única manera más eficaz que existe: BUENIZÁNDOSE, concibe esto, buenizando repetidamente sus errores o sus sinrazones al mismo tiempo que esconde, ningunea, extermina o quita del medio a ése que se lo intenta impedir sacando a la luz toda la molesta verdad.

Así es, como único fin justificado tiene el BUENIZAR SU MAL junto al tenerte a ti como cómplice. Y la realidad dice que lo consigue. (¿Acaso un poder va a buscar antipoder o bien? Piensa, bien es en el fondo antipoder, humildad, acercamiento, no tener instrumentos de presión o de estar por encima de los demás, ¡no seas más tonto o algo peor!)

Una verdad a medias nunca es una verdad. Un hacer bien a medias (o sea, favoreciendo a sinrazones al mismo tiempo) nunca es un hacer el bien). Pues eso ocurre en la sociedad de hoy, que el bien que hacen ellos es... una estafa al mismo bien
(lo dejan condicionar por sinrazones); pero NO LO CONSENTIRÉ, yo no seré cómplice.

Por otra parte, callándose a la verdad asegura que ganen las mentiras y todos los que se benefician de ellas.    Esa estrategia es perfecta,  ni Hitler hubiera encontrado una manera más infalible de asegurar el mal, ¡exacto!