LA
VICTORIA DE LOS ESTÚPIDOS
Muchos
intelectuales dicen, para sembrar veneno de confusión-maldad,
que no somos de la realidad, que no tenemos (no percibimos) la
realidad o que no estamos hechos de realidad; entonces,
¿de qué estamos hechos?,
¿de irrealidad?, ¿de cacao mental de ellos?, ¿de
tontos sin límite?, ¡venga ya!
Con
los pies en el suelo, siempre estamos hechos de realidad, y la
usamos, ¡sí!, y la comemos, y la pisamos, y la miramos,
y la cagamos incluso.
La
realidad es todo menos la nada; o sea, prácticamente todo (ya
que en modo teórico o teóricamente llega a imaginarse o
a sustituirse parte de la realidad por tonterías). ¡Eso
es!, la realidad es como una base ubicua que nos tiene en todos
sitios; e indiscutiblemente usamos realidad (¡claro!, nunca
podremos prescindir de ella) las 24 horas al día.
Lo
que ocurre es... que nunca
la usamos bien,
los seres humanos no la sabemos gestionar o usarla BAJO UNAS MISMAS
REGLAS (como hacen todos los seres vivos de la Tierra). Considérese
que, en vez de usar el lenguaje universal de la Naturaleza, pues los
seres humanos (intrépidos cabezones o tercos en un estar
corruptos, como casi ya están todos los intelectuales
españoles) nunca quieren recular y sujetarse a lo que solo les
dice limpiamente la Naturaleza, no, sino quieren decir además
esos retorcidos rollos o puteríos que les transmiten tantos
desequilibrados, corruptos o engañadores (de conveniencia) que
más y más se desarrollan en las cloacas de la sociedad.
Con
un poco de sensatez, la
realidad es la substancia con lo que está hecho todo y, si
todo está hecho y derecho con tal substancia,
es que en limpia obviedad todos reciben, perciben, cogen, usan,
andan, comen, tantean, beben, miran, corretean, consumen, pisotean y
nombran la realidad.
¡Ah!,
pero también muchos IGNORAN REALIDAD (o realidades), también
muchos imaginan o se inventan partes de la realidad, también
muchos callan o silencian o tapan partes fundamentales de la
realidad,
y esto supondrá indudablemente que se desencadenen a partir de
ahí miles de injusticias o de sinrazones o de enturbiamientos
en la sociedad por causa de ellos. ¡Sí!, ¡ése
es el problema base que hay de una vez que entender o evitar!, ¡no
más!
En
cuestión, los seres humanos no usan la realidad como la usan
equilibradamente todos los seres vivos, sino ya la usan con cierto
“desequilibrio
normalizado”
por el cual se sirven para unas conveniencias que ellos muy bien
rentabilizan en antropocentrismo. Lo digo más claro aún,
el
negar o el tapar realidades siempre fortalece “infinitamente” una
desigualdad o un antropocentrismo humano,
¡cierto!, por lo que nunca renunciarán los seres humanos
a ésta oportunidad pilleja porque prevalezcan sus
conveniencias, sea un total desequilibrio o sea un manicomio de
especismo.
Por
eso, hay y habrán millones de intelectuales que, en
consecuencia obvia de “tal manicomio” o de tal estupidez, dirán
demasiadas tonterías, desequilibrios y cagadas mentales a
todas horas. ¡A todas horas! Unos dirán que la realidad
no ha llegado, otros dirán que no percibimos realidad (sino
anchoas en vinagre), otros dirán que la realidad la tiene
guardada Kiko Matamotoros en su misma cara dura, otros dirán
que ha llovido desafortunadamente y otros dirán otras faltas
de respeto a la sensatez-responsabilidad.
¡Oh!,
ya he dicho centenares de veces que los hechos no pueden ser nunca
desafortunados, ¡jamás!; o sea, no cae una tormenta o no
respira un león o no nieva en modo desafortunado o
desafortunadamente, ¡no! (desafortunado solo puede ser un
juego, o una participación en él). Pero el decirlo sí
es ya objetivamente una hijoputez total porque... ¡solo
confunde, desrracionaliza a la sociedad y niega realidades! Pero
ellos no se enteran, ¡no!, pues cada segundo que viven ellos se
cagan en el respeto, ¡y hasta se ríen encima!
José
Repiso Moyano (Experto nº1 en idiotas)