¡Eso es!, el bien siempre sería el negarte tú a hacer el mal.
Pero, para eso en rigurosidad, para facilitar el acceso a todos de la verdad, obligatoriamente (por obligatoriedad o por acción volitiva ineludible porque algo sea ético) se ha de ayudar siempre (todos los segundos del día) al que demuestra o muestra razón (pero siempre en una única manera válida de no mostrar o evidenciar sinrazón a la vez), ¡sí!, ¡eso está más clarísimo que el agua o más obvio que la luz del Sol!. "Así es", como diría Galileo.