--------------Cuando no se le ayuda a la verdad, la mentira se impone (y sus daños).

martes, 18 de junio de 2013

Cuando se actúa bien sobre cualquier injusticia -porque se comprende cómo es-, esa injusticia deja de existir. Entonces solo se trata de comprender racionalmente, no tanto de ideologías o de corporativismos.
La injusticia no se comprende porque:
-  Los derechos humanos y los valores éticos no son -en la práctica- nunca la máxima prioridad, por encima de los intereses particulares, de grupo, de religión y de cultura.
-  La razón se suprime o se amolda siempre a una mediación de privilegios -o sea, se amolda a unas influencias sobreprotegidas-.
-  La propaganda -el dar una imagen forzosa u obligada de algo- impera, reaccionando.ante la voz racionalmente individual o libre. Y se censura así -en intolerancia- de incontables maneras.

2 comentarios:

José Repiso Moyano dijo...

- El que no utiliza la razón nunca comprenderá real o racionalmente alguna injusticia.

- El que sirve a unos intereses por encima de los valores éticos nunca comprenderá alguna injusticia.

- El que quiere dar una imagen, pero no quiere enseñar lo que hay detrás de esa imagen, está engañando a todos y nunca comprenderá alguna injusticia.

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Todos somos humanos; pero no todos aceptan la razón; pero no todos son tolerantes; pero no todos comprenderán muchísimas cosas porque... YA TIENEN OTROS INTERESES aprendidos en el mal o inculcados por algún poder.
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LA HUMILLACIÓN TIENE UN LÍMITE

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Todos somos seres humanos; pero nunca todos tienen los mínimos recursos para sobrevivir.
Se le echa la culpa siempre de eso al Poder; pero tú has de exigirlo siempre a ti mismo, sin olvidar que deber exigirlo siempre al Poder.
Entonces es tu voz la responsable.

20 de enero de 2013

José Repiso Moyano dijo...

En cuanto alguien haga una valoración crítica, critique con razón, denuncie o rechace indignadamente algo, va a chocar ¡siempre! con la imagen de algún poder. Eso es, todo poder sobreprotege con presiones y abusos su imagen -con IMPOSICIÓN-, impidiendo la base de la libertad humana: la libertad expresión, guste o no guste, ofenda o no ofenda (sí, ¡todo ofende cuando denuncia crueldades sobreprotegidas!; es decir, deslucir algo con cualquier objeción o rechazo significa ya quitarle imagen).

Además, la razón en su amplio contexto ofende "per se", porque se dirige a vencer lo establecido, debilitándolo en sus privilegios injustos y en su imagen injusta, que se establece siempre oprimiendo a los demás o a bastantes; por el contrario, la imagen estrictamente personal jamás oprime a nadie, al no tener suficientes recursos de presión, es solo desarmadamente personal.