--------------Cuando no se le ayuda a la verdad, la mentira se impone (y sus daños).

viernes, 5 de noviembre de 2010

La guerra, con sus miles de formas de consentimiento y de charlatanería -lo que sólo se defiende hoy en día- para justificarla, es realizable nada más que por todos vosotros; por lo contrario, sería imposible. Demuestre usted cualquier cosa de las más elementales (cómo respira, etc.), ¿a que ya es difícil?, ¿a que no vale ni rumor o ni influencias, sino sólo unas reglas?); por el contrario, en facilismo, existen miles de formas de mentir y, éstas -al ser tan fáciles y protegidas por intereses de "cualquier poder"-, están siempre en todos los medios de comunicación que los mueven "cualquier poder" (considerando "poder" al que impone o pone con capacidad de presión y con recursos).
El "tertualismo" pasa a ser "charlatanería".
De fulanos/as al tertulianismo charlatán.

3 comentarios:

José Repiso Moyano dijo...

Las formas del mentir son... infinitas pero, además, tienen TODOS LOS PODERES; pues bien, a lo que verdaderamente (porque exista una ética; si no, no existe) hay que ayudar, tú nunca lo ayudas, sino cada instante de tus días consientes y apoyas directa o indirectamente a casi sólo sinvergüenzas (entras en tal juego depravado para beneficiarlos; y, luego, dices que la vida es injusta, ¿la vida?, ¡no!, ¡tú!, la vida nunca ha hecho nada).

José Repiso Moyano dijo...

Cuando discriminan, maltratan y ningunean al que razona o al que demuestra, siempre su método es un método charlatán; es decir, con un bla-bla, pero impidiendo que a ese bla-bla se le diga o se le demuestre su total mentira.
En el fondo es una total intolerancia o una dictadura pero, como tienen total poder, lo disfrazan de hermosura por manipulación o, a tal mierda, la perfuman muchísimo -a todo gasto- con agua de rosas.

José Repiso Moyano dijo...

Es difícil o prácticamente casi imposible encontrar un intelectual español con algo de vergüenza -o de ética-; puesto que a palabrería -de la cual no quiere prescindir, en unos medios de sólo rollo y cotorreo-, a frivolidad -porque nunca quiere reconocer nada- y a irresponsabilidad -porque nunca el aprendizaje de su historia le ha dado mucha disciplina ni el comprender algún honor-, no está dispuesto a tener vergüenza ni a valorar alguna razón. Y, si todo eso se pisotea, ¿qué verdad hay?