--------------Cuando no se le ayuda a la verdad, la mentira se impone (y sus daños).

domingo, 19 de octubre de 2008

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UN TEMA SOBRE LITERATURA
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La “ciencia ficción” no puede darse (desarrollarse) en la poesía porque, sencillamente, la ciencia (con ficción o sin ella) “se explica”; así pues, tiene un discurso que ya detalla, que ya ambienta a un modo inesquivablemente racional,. que ya cuenta primordialmente o es un discurso, un .... prosaísmo.
Lo que sí puede caber en la poesía (por su intento de falsearla o de desvirtuarla, sobre la base de que lo poético corresponde a la mayor autenticidad de la emoción) es la fingidez o la mentira.

Ahora bien, se debe aclarar que toda poesía derrocha activamente (gracias a la imaginación, el vehículo de las emociones) una obligatoria “mentira” con respecto al argumento; o sea, lo poético no está vivido “al pie de la letra” en... su argumento, sino sólo sentido (auténticamente) como una experiencia emocional.

Por ejemplo, lo que dijo Antonio Machado de Guiomar no lo vivió argumentativamente, no, sino lo sintió que no es poco; digamos que él, él, sintió unas emociones profundas en cuanto a ella: “la sintió”, estaba “poseído o influenciado emocionalmente” de lo que significaba su realidad para él.
Asimismo, Lorca no vivió entre “duendes”, “jinetes”, “ángeles” u otros protagonistas imaginarios, no, ningún argumento en poesía “es real” al pie de la letra, real en... su imaginario sentimiento, sino sentido como experiencia íntima.

Por lo tanto, la “mentira argumentativa” en poesía es inevitable y, además, necesaria para que sea posible o recrearse ya la imaginación.

Pero otra cosa muy distinta y reprobable (nada ni el arte es el "todo vale" sin más) es la “mentira de las emociones” causada o provocada por un dejarse llevar por otros intereses ajenos a lo emocional, por ese escribir al gusto de una moda o de una corriente que, “en peloteo”, ha simpatizado con muchos medios de comunicación, por ese escribir de artificio reiterativo y no-original o no-creativo (pero que ya está muy apoyado o quizás que ya le interesa mucho a editoriales lo mismo que el morbo o lo mediocre a un tipo de televisión), donde el “interior emocional” (su autenticidad o su honestidad) se abandona, “se modela” para el gusto de un mercado, de un folclore oportunista o manido o que no viene al caso (a que el libre arte dependa de él), de un astuto artificio de imágenes demasiado ya tópico (o llevado automáticamente de unos poemas a otros como truco) que deriva, sí, .no más que a lo sensiblero, a lo demagógico o a eso miserablemente más superficial (en el sentido de mediocridad) siempre y por desgracia en detrimento de una sublimación “bella” que se crea sólo en el “interior”, desde... el alma.

Por último, otro asunto no menos importante, que se descuida en estos tiempos de “informaciones por un tubo” y de tantas ligerezas, es distinguir “formalmente” la poesía (¡ah!, si eso no se hace, será lícito el “todo vale”).

Pues veamos: La principal diferencia entre lo que es el “contexto del verso” y lo que es el “contexto de la prosa” radica en la carencia a favor de uno (del verso) de un innegable proceso discursivo y ya muy característico a favor del otro (de la prosa).
En prosa, en efecto, todas las líneas se continúan (sin problema se pueden unir en continuidad discursiva, pues están transcurriendo “ahí” unos hechos, es decir, sólo esos hechos son “contables” en prioridad); en verso no, en su contexto sobre todo deben existir unos acentos tónicos del impulso emocional, una pausas intermedias, unos intermedios de “silencio subliminal” nunca iguales para el poeta (por un fluir anímico) ni iguales para el bien poético en cuanto que, estos, embellecen y concretizan “una” particularidad interior (un mundo interior ya muy particular, así es, que en claro en poesía sólo el verdadero protagonista es éste), consiguiéndose un ritmo o una especial armonía propia, muy propia de lo que es lo poético.

De ahí que la emoción, y lo que conlleva de ritmo (de ese ritmo aludido) y de no descuidada sutilidad, es lo más característico del verso a diferencia o por contra de la prosa ya tendenciosa más de un continuo... proceso discursivo.

Sí, Pessoa, para llamar la atención (como otros) habló de fingidez, pero la suya es una poesía de las más sentidas; quizás, eso es, se referió a ese argumento racional que vivió, contradictorio ya en la sociedad, absurdo, en cuanto que el argumento de una sociedad (por lo general y dependiendo de muchos intereses) es un mediocre argumento, fingido, hipócrita.

Y por supuesto que se puede hablar de prosa poética, de pintura poética, de gastronomía poética (adjetivando, no sustantivando), de política poética, de sexualidad poética, etc.; pero sin dejar primero de dintinguir o de dignificar, de una forma coherente u honesta, unos y otros... contextos.

Nada estoy de acuerdo de concursos que se ganan siempre con y ante procedimientos truculentos (en vez de dedicación para hacer belleza honestamente con el sentimiento, parece hoy en día que la poesía es un ir “de caza”, en una finalidad sólo de rentabilidad y de dinero, agudizándose la astucia y el excesivo asombro verbal de imágenes, todo en artificio, todo en pretender buscar la aprobación de los máximos jurados posibles para, así, participando en muchos, a alguno sí asombrar verbalmente) pues ninguna obra que han premiado en ellos tiene un CONTENIDO emocional del que siempre ha existido en la literatura universal hasta ahora y que, ahora, eluden y, en su lugar, ponen uno bien vendido con su supuesta calidad embaucadora por medio de DEMASIADAS imágenes retóricas (que sobran, por supuesto, que siempre han sobrado a la poesía a favor de una coherencia emocional, de una intensidad emocional propia de Darío, de Vallejo, de Neruda, de Aleixandre, en fin, de todos que escribían con esa atención “limpia”) y de demasiados tópicos, o sea, de RETORICISMO de despacho o de artificio y de coloquialismo que degrada porque siempre llega a terminar en prosaísmo (lo que nunca es la poesía, puesto que es lo que más ha rechazado desde que nació y es lo opuesto precisamente a ella: la poesía no es discursiva, sino pausada y sintetizadora).
Y cualquier retoricismo -o ése tan recurrido como criterio para premiar- siempre está muy cerca de la frivolidad (del sin-sentimiento).
Pero se enriquecen a costa de los miles de esfuerzos, de gastos y mínimas esperanzas de los que juegan limpio, ¿qué es la dignidad?, preguntárselo a cualquier asesino que, a lo mejor, es ya más íntegro moralmente. ¡Vivan esos poetas cínicos, objetivamente destructivos e HdeP! Pero, claro, eso funciona como una dictadura impuesta por los que se benefician de eso -que ya tienen todo el poder y no quieren salir aferrados a su poder, y están siempre como miembros de jurados y están siempre favoreciéndose entre ellos con los recursos públicos-.
(La poesía es únicamente sentimiento -hacer contenido sentido de las cosas-, por encima de las palabras amaestradas o subliminalmente manipuladas -con un lenguaje rebuscado- que nada son sin eso.)

Y por supuesto que se puede elegir el tema que uno quiera y, entre ellos, el tema de la cotidianidad. Yo mismo escribo de lo cotidiano, de ese tema, Neruda era un poeta de lo cotidiano y... muchos; pero eso NO TIENE NADA QUE VER con el prosaísmo, o sea, es de locos decir que lo cotiniano es por fuerza lo prosaíco (y ¿qué pruebas hay?). No, lo que hay que entender es que de lo cotidiano puedes ser prosaico, lo mismo que de lo romántico puedes ser también prosaico.
Para que se enteren, lo cotidiano no es prosaico, no tiene que ser por fuerza prosaico, sino -si se poetiza bien o se siente bien- es bello, bellísimo.

Como ven, yo nunca utilizo el "porque sí" característico de la intolerancia; pero ellos siempre.

http://pensamientosocitas.blogspot.com/2010/05/u-n-actuar-con-ventajas-o-un-decidir.html





NOTAS SOBRE RÉPLICAS



(Son respuestas realizadas espontáneamente por mí en foros y cartas; aquí respeto la confidencialidad de aquellos a quienes van dirigidas)



- Un contexto real, es decir, una parte de la realidad no restringe las condiciones reales que tiene ese contexto, por supuesto, no restringe a capricho o para perseguir a sus integrantes o para negarles algo con miseria o "alevosía" o "mala intención", sino sólo los adapta a las propiedades que determina como contexto, para que precisamente así se condicionen a ella también sus integrantes.

El sistema neurológico es a su vez un integrante de un contexto de la realidad: un medio para que se adapte a ese contexto, para que lo conozca.


Si existe el saber es porque existe el medio por donde se sabe, y todas las cosas así son, luego el medio es una condición esencial de la realidad, algo esencial.
Si existe el poder de Dios es porque existe un medio por el cual lo tiene, y es igual lo demás, las cosas no están quietas sin saber nada de la realidad, sino poseen … medios por los cuales interaccionan con ella y saben de ella; y esos medios se los da la realidad, no ellas por su cuenta o aisladamente.


El cerebro, asimismo, nunca es engaño porque, para que exista engaño, primero debe haber una conciencia -y en ella una intención, puesto que la intención siempre es "consciente" y, además, el engaño siempre es intención-, o sea, que se quiere algo, que se quiere engañar y, desde ahí, se intenta llevar a cabo ese proyecto, en cuanto que en la inconsciencia no existe, claro, la intención; sólo dice, ésta, lo que ha aprendido y lo enseña: da lo aprendido con los medios que la natural realidad misma le ha dado (Nada engaña si no tiene intención de engañar, o sea, transmite obligatoriamente lo aprendido).




- Una verdad no es que no exista, sino que no se ha atendido o no se ha intentado conocer aún, o no se ha dejado decir.
Una verdad o se conoce o no, por lo que no hay posesiones u otros recursos de este tipo, únicamente se expresa o se permite a través del conocimiento.
En esto, se manifiestan verdades que ya todo el mundo conoce (somos energía u organismos vivos, como ejemplos) con una condición irremediable porque muchas son inherentes, nos las da ya la realidad (“necesitamos comer”, como ejemplo) por razón de que "venimos" de ella; sí, en cambio, digamos, otras "se suman o no" por medio del conocimiento que se realiza... voluntariamente porque, con la voluntad, se quiere conocer aún más.
La volutad del ser humano no es la que sólo permite conocimientos, sino que consigue aún más.



- Una cosa es la realidad y otra cosa diferente es la verdad sobre la realidad; la una es que el lenguaje es un elemento de la realidad, un integrante, un recurso para el decirla "o sí o no"; la otra es que la verdad intelectiva es alcanzar –lograr, lo mismo que un chimpacé no ha logrado aún saber la verdad de que la aspirina cura- un conocimiento de la realidad, unas veces se realiza eficazmente a través del lenguaje y otras a través de otro recurso.


El saber no parte como una necesidad, porque lo necesitemos, sino porque ya somos un saber (desde un supuesto o inexistente no-saber de cuando el ser no-es, en cuanto es ya es porque ha aprendido de lo único que existe o de lo único que él se forma, de la realidad; si se construye de realidad es de niños el saber que sabe realidad, ¿no?).
La vida no parte desde la necesidad (de que se necesita, pues ya se tiene), sino desde una propiedad a la que después se le añaden necesidades, necesidades de ser “un determinado vivir”.



- Sólo existe la realidad; eso es, existe una sola realidad -no cuarenta- o una única versión de la realidad pues, si existiera más de una, todos conducirían un coche de forma racional diferente como ejemplo - alguno ya intentaría que arrancase el coche soplándole tan sólo, o dándole palmaditas al tubo de escape otro; aún más: unos considerarían al petróleo como comestible y otros utilizarían al hijo como florero).

No, todo actúa absolutamente conforme a la realidad en pos de una sola coherencia suya (desde un "no-saber supuesto o hipotético" en cualquier aspecto incluso se aprendería algo de lo único que existe: la realidad).




- Cuando dos personas miran a una misma cosa nunca miran a la misma verdad (en tanto que también existen dos intenciones hacia ella), sino miran a eso mismo cada una (de lo que ya absolutamente conocen algo por igual las dos, pues de todo lo que se le presente a un ser vivo ya tiene conocimiento previo, primigenio, nada le es absolutamente "extraño" o ajeno o independiente) (1) pero con una capacidad de conocimiento distinta siempre en función, no de situación, sino de voluntad (para conocer o demostrar algo debe haber un interés) y de pragmatismo (de sostener siempre ese algo coherente en el contexto de la práctica, de la ineludible relación, del entendimiento).

Por ejemplo: Millones de personas miran a eso que se llama Luna; pues bien, como anteriormente he indicado: todas miran a la misma cosa con la "carga" inevitable de un conocimiento ya primigenio (o sea, con "un saber igual") pero sólo unas son capaces de demostrar de qué se trata en algunas de sus concreciones (hallar sus detalles) o partes de su verdad intelectiva o las diversas cualidades que posee siempre en función de sus propias capacidades cognoscitivas (que llevarán consigo siempre), no de las situaciones de sus miradas (que pasan; sí, considerad que: las capacidades se tienen y, en cambio, las situaciones transcurren o, lo que es igual, se pierden) o de que miren mucho hasta marearse que importa poco o un pimiento científicamente.





- No existe la sola importancia, por cuanto que toda importancia ya le debe su existencia a otras infinitas importancias; conque no existe lo solo o aislado o lo determinante único aparecido desde la nada y que, de inmediato, se basta a sí mismo.


Así, la mirada no es lo sólo en la importancia mundial de las importancias, ni siquiera la vida (un complejo de infinitas importancias), ni siquiera nada de nada y, además en consideración, siempre, siempre por muy insignificante que algo parezca ha intervenido o interviene, desde luego, para que otra cosa sea posible.




(1) Otro asunto es el "sentirse" emocionalmente extraño, como podría uno sentirse en el Edén.
La situación, sí, emociona y es también el "ámbito" de una nueva experiencia; teniendo en cuenta que cada segundo o instante "ínfimo" supone una situación, e imposible de detener o de fijar.




-- El que utiliza la sinrazón siempre IMPONE, sin duda, tiene tendenciosidad de imposición y de dictadura -también de manipulación y de violencia-; por el contrario, la razón no, puesto que es algo que "está ahí", es lo que es sin más, con sus reglas para todos igual (es lo único que no discrimina, lo único justo).
Hay un prejuicio muy extendido en pensar que personas con minusvalías intelectuales desarrollan o defienden menos la razón (por eso se suelen despreciar llamándoles “subnormales”, etc.) pero, en demostración científica, es todo lo contrario: carecen casi absolutamente de tendenciosidad social, de alineación, de hipocresía en suma y, por eso, suelen ser de una fiabilidad objetiva más perfecta en lo que se refiere a la razón de carácter instintiva e intuitiva (pues la tienen más desarrollada que los demás).





- La realidad es lo que ya está hecho de ella, lo que está hecho realidad -y ya-; no lo que cualquiera imagina que va a serlo, que va a ser realidad (un prejuicio o un acertijo).
Muchos políticos e intelectuales demagogos se dedican a poner a una (la imaginaria) en el lugar de la otra; y confunden porque hablan de los problemas sociales que no son reales, sino podrían ser y con ese miedo, manipulan: consiguen representar una protección y, al poco, votos y triunfos al modo demagógico.
Por eso, el deber de un intelectual es decir que “éste problema que YA existe” se agravará (como puede ser el cambio climático), pero siempre diciendo que empeorará uno que YA existe, dados unos indicios o pruebas razonables.


En claro: La sinrazón es una imposición personal o arbitraria; y la razón ya está "ahí", en la realidad, siendo y significando totalmente una imparcialidad.





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-------INTOLERANCIA

-------Siempre te pisarán hasta la pena
-------de tu sombra, y la voz tuya y el olvido;
-------y aun más te pisarán lo que has creído
-------como esperanza o lo que se condena
-------sin más, te pisarán donde resistas,
-------donde estorbes en algo tú (cautivo),
-------por estar solo, solamente vivo,
-------cuando vivas por ti y de ti existas.
-------Siempre te pisarán porque eres paria,
-------porque poder no tienes, casi nada,
-------porque se hunde esperanza necesaria.
-------Siempre te pisarán, contigo, cada
-------perder y cada pena legendaria,
-------todo y soledad rota de mirada.







-----José Repiso Moyano







-------(Textos de 2004)









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V I E N E S

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Casi sin un motivo, casi a ciegas,

casi cayendo en sueños sin pensarte,

te tengo al lado presintiendo esperas,

adorando las formas por el aire.






Tú, venida del tiempo azul, desnuda,

rescatada a deseos por los mares,

ya vienes casi como mis abrazos

de alguna Ítaca, de alguna parte.




Vienes tal como las sonrisas suaves

que topan con el cetro implacable

de tanta perdición, tanto perdido…

y, aún no tú, que no se entere nadie.



Vienes imprescindiblemente luna

por las rondas del verbo y de la sangre…,

elogiada por Fénix, por arpegios

de indemne libertad, como salvaje.



Tú vienes y así es, Amada mía,

por filis de las rosas (y no es tarde),

despabilando las caricias cisne

y, más de al fin, besando a ciegos Martes.



Ya vienes, tú, ahora, tal como eres,

eternizando desde arriba adarces

como prior de las brisas, las sutiles,

aprestos tus alientos… y a caudales.







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ÁNGEL DE HÖLDERLIN

Es un poco torpe. un poco esquina. un poco llegada. tropezando con ojos
un ángel
ese pobre y grande ángel de Hölderlin
que él vivía por su biensentido con lentas ánforas de sol
y era cuando sentía el valor las baladas rosa
y era cuando quería amanecer siempre -pero no nunca-
con las primeras lágrimas de amor
que florecen las palabras

cuando cantaba la muerte su camino
por el tiempo alejado
por el fondo que escurría la luz
imaginante de caricias como ledas gacelas

allí era donde el recuerdo ya tan ángel ya regalo
ya nombrado en su paz
todo conocía



Oswaldo Roses

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