La injusticia-crueldad sólo empieza en el DESPRECIO a la verdad.
Si la desprecias y no eres consecuente con ella, estás destruyendo siempre digas lo que digas. Pero el intelectual español es depredador de la verdad; porque se cree -en su objetiva deficiencia heredada del mismo diablo- que es "lo que dice" y ¡no!, es lo opuesto a eso: el no esquivar a que te demuestren razón, el no esconderte de la verdad (de la razón o probación de realidad).
4 comentarios:
Cultura ética es únicamente no poner cadenas a la razón ni tener puestos de control o de premiación a una línea de pensamiento, ni apegos al poder o a lo dominante para impedir cruelmente o maltratar a la libertad y a la igualdad (en derechos humanos). Justo lo contrario que me han hecho...
2 de diciembre de 2014
Siempre el no tener ética por tu parte queda confirmado por lo que desproteges. Por ejemplo, si desproteges a Gandhi ya está confirmado; a Galileo también, a Jesucristo también, etc. ¡Está totalmente confirmado!
Las desprotecciones están ahí en los hechos y no se hacen solas, sí, las estás haciendo -al no evidenciarse lo contrario- objetivamente tú.
15 de enero de 2015,
Bastantes se guían por costumbres, creyendo o entendiendo a ceguedad total que tal ética -la que han determinado por costumbres y por mediáticos charlatanes- es la sensata o la correcta ética y, ya así, van imponiendo a cabezazos creídos conceptos equivocados -o sacados de sus estúpidos "porque sí"- a todos: "No hay que desobedecer", "No hay que gritar","No hay que molestar", "No hay que comparar"... (cuando la ética, precisamente, es el seguimiento de todos estos conceptos, que son los únicos que vencen inmovilismos o involuciones de condescendencias de errores; claro, a molestias y a gritos de no consentir).
Y en cuanto a "comparar", la vida y la razón consisten en comparar -cuanto más, mejor-, ya que todo está formado de comparar; si no comparas siempre en la vida, la vida no puede existir.
Por ejemplo, la eficacia de las energías solo se demuestra comparándolas.
14 de enero de 2015
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La verdad es verdad y no puede falsearse con tantos trucos que utilizan los mismos "intelectuales"; o sea, no se puede pretender el utilizar verdad para mentir o para dirigirte hacia la mentira porque, eso que conduce a la mentira o ampara alguna mentira, jamás puede ser verdad
Pues algo así quieren muchos españoles: utilizar a la verdad y mearse en la verdad para no sé qué retorcimientos de objetivo error que tienen en las cabezas. Así es, no pueden seguir en que la Tierra es plana como siguen al sostener hipócritamente eso de que "no se puede perder el respeto" porque, si no se le pierde el respeto a una injusticia, esa injusticia seguirá eternamente, con toda la verdad por delante, sí, algo tan claro como la misma madre de la claridad. En efecto, la civilización todo se lo debe a eso, y consiste en que se le pierde el respeto a algo inamovible porque se mueva de una vez.
Lo que pasa es que los españoles quieren A LA FUERZA que algo sea lo que ellos quieren -algo comprobado desde que nací- y, porque eso sea así, pisotean, desangran, burlan, encadenan, escupen y fusilan a la verdad diciendo luego, con la mayor antiética, que la respetan y... que la dicen.
Pero la verdad no va en función de las mayorías, de la capacidad de imponer, de los trucos, de los circos, de los países más fuertes o más explotadores, de los falsantes escritores -aprovechados del imponer-, de las costumbres o de los cabezones mediáticos, ¡no!, sino de no ser al fin tan HdP como ellos.
Y la verdad no tiene por qué arrodillarse a sus puras mierdas por muy poderosas que las impongan, ¡basta ya!
14 de enero de 2015
Todo poder, que realiza o determina crueldad, asimismo utiliza gran parte de sus recursos en instalar y potenciar unos sobreprotegidos mecanismos de valoración (irracional) para que los que los poseen siempre queden como buenos.
Por lo que intentan primero impedir el acceso a la verdad -a censuras y a distracciones- y, en su puesto, mucho acceso a una fortaleza de fundaciones, de medios de manipulación, de condecoraciones y premios, de estímulos a quienes les halaguenbien y de castigos a quienes no, de comodidades, de compra de influencias, etc. para que sus objetivos sean inesquivables.
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