Frente a la Naturaleza, tienes que hacer lo que la Naturaleza quiere (no tu ego o caprichos).
Frente a Dios, tienes que hacer lo que Dios quiere (no tu terquedad o tu ver televisión basura).
Frente a la Razón, tienes que decir lo que la Razón quiere (no tu ego o tus rastreros caprichos, ¡no!, ni nunca muchos intereses que te inculcan retorcidamente).
¡A ver si te enteras ya y que no sea por un humillar una vez más a tu propia responsabilidad!
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