El que hace un bien nunca lo hace con alguna sinrazón
ni con alguna complicidad con alguna sinrazón
ni con un vetar a alguien que demuestra a razón.
EL QUE HACE EL BIEN NUNCA CONFUNDE; pero, el que hace el mal o la injusticia, siempre beneficia a una confusión o a otra (a veces inconsciente pero irresponsablemente, pues todo en lo humano tiene responsabilidad, ¡todo!, hasta su inconsciencia descuidada!).
Fondo: En un confusión, todas las sinrazones ganan o pueden ganar.
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