miércoles, 22 de enero de 2014

Hay solo dos cosas que nunca obedecen ni obedecerán al ser humano -por mucho poder o ignorancia que tenga éste-, y son: la realidad y la razón. Por lo tanto, son las dos cosas únicamente objetivas, es decir, que el ser humano no puede corromper o manejar a sus intereses y antojos.
La realidad no tiene amigos ni la razón tampoco. A ningún animal se le ocurre decir que cree que la realidad es algo, sino la acepta sin concebirla con una concepción extrínseca o ajena a ella -por eso tiene un equilibrio exacto o natural-; por el contrario, el ser humano cree que cada hecho real es algo, o sea, cada elemento real lo cree como algo ajeno a ese mismísimo elemento real (la tierra la cree como propiedad o negocio, la vida la cree ya como un protagonismo de deseos creados, sus necesidades básicas las cree con trascendencia social, etc.)

2 comentarios:

José Repiso Moyano dijo...

Tú no tienes que creer que tu mano es tu mano -mientras tu creer lo quiera, al cual tú obedeces-, sino saber que es tu mano.

José Repiso Moyano dijo...

He repetido ya cientos de veces lo mismo, pisoteado y censurado por ellos una y otra vez:

LA VERDAD NO EXISTE, NI EL BIEN NI LA ÉTICA NI LA CIVILIDAD NI NADA BUENO SI TÚ IMPIDES, TAPAS, DESPROTEGES, CENSURAS, OLVIDAS, DESATIENDES LO QUE ETERNAMENTE REQUIERE LA VERDAD O LA ÉTICA O LA CIVILIDAD: EL DEMOSTRAR RACIONAL, EL REBATIR RACIONAL

No cinco mil telecincos o canales-sures o antenas-trés o famosos chupando del cotorreo o tertulianos diciendo lo obvio o haciendo la pelota... ¡no!

Sí, para que haya cristianismo, lo primero es no censurar al mismo Jesucristo, ¡es evidente!;
para que haya razón, lo primero es no censurar a Galileo -o al que aplica las reglas racionales o demuestra-; para que haya democracia lo primero es no impedir jamás con monopolios de la libertad de expresión o de cualquier otro derecho.

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