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Te mueves en un entramado de intereses y, así, te utilizan para unos o para otros inevitablemente -en el subconsciente colectivo-. Estás y eres necesario por tu voto, por enriquecer -a través del consumo- a una competitividad, por fortalecer un corporativismo como un seguidor -un número- más, etc.
Pero, ¿quién piensa en ti como sólo ser humano? La verdad es que a veces casi nadie, a veces ni tu marido, ni tus hijos, sino únicamente tu madre, quién lo arriesgó todo porque tuvieras un derecho más o porque tu libertad de expresión contara o fuera válida.
"Tras 15 años de prisión"
"Tras 15 años de prisión"
1 comentario:
tal cual.
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