La verdad absolutamente siempre supone SACRIFICIOS (renuncias a estéticas y a mentiras, apuros vitales por enfrentarte a superpoderes o a los que les molesta la verdad, ser diana de amenazas cada día, pérdidas de recursos o de tu vida, de ayudas y de premios, sí, supone siempre agonías imparables); así que nadie, absolutamente nadie, la va a proteger, nadie en donde sea, ¡nadie!, ¡nadie!
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