miércoles, 8 de marzo de 2023

LA IMPOSICIÓN ES EL ENGAÑO MISMO

La verdad sólo puede tener origen, desarrollo y fondo de verdad, o sea, de razón, pues es lo único que es capaz de demostrar real u objetivamente algo. Así es, siempre la razón conseguida sólo con reglas de racionalidad garantiza sí o sí alguna verdad, la que sea.

Con eso previo, nadie (ni la sociedad per se) puede imponer con sus acciones o con sus palabras nada a nadie a través de cierta irracionalidad o a través de debilitarle a alguien sus RECURSOS DE DECISIÓN:

  • Conocimiento sin desinformaciones-confusiones y sin ser manipulado por sinrazones.

  • No recibir presión, violencia instrumental o silenciamiento de algún poder.

  • Ser valorado siempre en función del equilibrio o razones que aporte a la sociedad.

La base que facilita cualquier bien político o cultural es que NADIE IMPONE NADA A LOS DEMÁS; por lo que, sin restricciones, cada persona debe siempre contar con esos recursos de decisión, sin que nada se los ningunee o se los impida.

Pero casi siempre actúan, con sutilidad, unas sobreprotecciones o unas inútiles valoraciones (usadas por insignes intelectuales que sirven a algún poder o por tendencias dominantes) que echan por tierra tal garantía del bien básico o de la no imposición para nadie. Sí, porque valoran a contraequilibrio todo sin que se den cuenta ellos mismos afectados de antropocentrismo narcisista o de subliminales estéticas que tarde o temprano desarrollarán el autoengaño o el error.

En una sociedad, asimismo ninguna infraestructura puede debilitarle a alguien sus recursos de decisión, ya sea por barreras (imposiciones) creadas por sobreproteccionismos o ya sea por dobles morales que se aplican siempre mediante el chovinismo, el clasismo, el clientelismo cultural o el elitismo soberbio de los mismos intelectuales.

La imposición también es el tener que aceptar (por vetos, desprotecciones y presiones sociales) razones imperantes que no lo son o valoraciones correctas que nunca son correctas; porque la imposición, en el fondo, busca o pretende la inmovilidad o la resignación de algo (a veces de la misma verdad), o la sucia esclavitud de algo (como ocurrió y ocurre con el machismo todopoderoso que sin duda mueve toda la sociedad).

En fin, una digna persona o una persona que rechaza cualquier facilidad o mecanismo del engaño en el mundo siempre debe contraponerse a la imposición que se realiza debilitándose los recursos de decisión de otro o incluso de un pueblo completamente manejado por valoraciones desequilibradas o incorrectas.

Por eso, es importante la tolerancia, la comprensión, el diálogo, la mediación y siempre la racionalidad para que nada se imponga y ya cualquier bien se vea desarrollado libremente como bien, y jamás (¡jamás!) como estupidez o como error.

José Repiso Moyano

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