Los SERVIDORES DE UNA MENTIRA jamás reciben (en dolor de conciencia y en una dignidad inmerecidamente destruida por el no causarla) los daños que se desarrollan de tal mentira.
Los SERVIDORES DE LAS ERRÓNEAS VALORACIONES (que son inevitables de tanto vetar a quien da razón-luz-equilibrio) jamás reciben los daños o las destructivas consecuencias de tales erróneas-cobardes valoraciones.
¡Yo sí las recibo! ¡Y siempre!
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