domingo, 25 de noviembre de 2018

Hay solo dos cosas que nunca obedecen ni obedecerán al ser humano -por mucho poder o ignorancia que tenga éste-, y son: la realidad y la razón. Por lo tanto, son las dos cosas únicamente objetivas, es decir, que el ser humano no puede corromper o manejar a sus intereses  y antojos.
La realidad no tiene amigos ni la razón tampoco. A ningún animal se le ocurre decir que cree que la realidad es algo, sino la acepta sin concebirla con una concepción extrínseca o ajena a ella -por eso tiene un equilibrio exacto o natural-; por el contrario, el ser humano cree que cada hecho real es algo "determinado a porque sí para sus intereses", o sea, cada elemento real lo cree como algo ajeno a ese mismísimo elemento real (la tierra la cree como propiedad o negocio, la vida la cree ya como un protagonismo de deseos creados, sus necesidades básicas las cree con trascendencia social, etc)
Todo lo que digan los humanos, al margen de la razón (toda justicia o todo capricheo guiado por poderes, costumbres o por intelectuales falso-vividores siempre a costa del bien, al cual machacan)  es mentira;   o sea, solo objetivamente sinrazones.

1 comentario:

José Repiso Moyano dijo...

Todo lo que digan los humanos, al margen de la razón, toda justicia o capricheo guiado por poderes,costumbres o intelectuales vividores a costa del bien, es mentira; o sea, sinrazones.

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