Los escritores españoles son objetiva y absolutamente GENOCIDAS; lo diré cada segundo de mi vida, pidiendo siempre que se les condene con condenas exactamente iguales a los de los malditos terroristas, satánicos o genocidas.
Porque todos los actos de destrucción los han hecho.
Ellos jamás tienen corazón, sí, al luchar contra una sinrazón premiada o amparada socialmente, tú pierdes toda protección, tienes que renunciar a demasiadas métodos usados habitualmente - y que a ellos benefician- y, a eso, tus recursos de supervivencia se destinan siempre por un mayor desgaste.
Mientras, el que se alía con una sinrazón, todo eso se lo evita, tiene toda la vida beneficios y mínimas dificultades de esa sinrazón (o retórica objetivamente retórica sobre un ventajismo de retórica), y además incontables facilidades porque ninguna protección pierde y a nada tiene que renunciar y sus recursos de supervivencia ya los dedica a tener éxitos, trepando muchos escalones socialmente. Ser infininamente genocida (J. J. Guardia Polaino, M Blasco, A. García Barga, P. Pérez González, etc) no es lo más grave, sino que los apoyan los españogenocidas siempre a total sangre fría y sin alma, sí,buenizándose ellos a lo nazi y pidiendo con cara dura impunidad aristocrática ante la ética, HdP, los muy hijos de la gran puta!, o sin rodeos ni falsedad hay que decir que son españoles objetivamente GENOCIDAS
Porque todos los actos de destrucción los han hecho.
Ellos jamás tienen corazón, sí, al luchar contra una sinrazón premiada o amparada socialmente, tú pierdes toda protección, tienes que renunciar a demasiadas métodos usados habitualmente - y que a ellos benefician- y, a eso, tus recursos de supervivencia se destinan siempre por un mayor desgaste.
Mientras, el que se alía con una sinrazón, todo eso se lo evita, tiene toda la vida beneficios y mínimas dificultades de esa sinrazón (o retórica objetivamente retórica sobre un ventajismo de retórica), y además incontables facilidades porque ninguna protección pierde y a nada tiene que renunciar y sus recursos de supervivencia ya los dedica a tener éxitos, trepando muchos escalones socialmente. Ser infininamente genocida (J. J. Guardia Polaino, M Blasco, A. García Barga, P. Pérez González, etc) no es lo más grave, sino que los apoyan los españogenocidas siempre a total sangre fría y sin alma, sí,buenizándose ellos a lo nazi y pidiendo con cara dura impunidad aristocrática ante la ética, HdP, los muy hijos de la gran puta!, o sin rodeos ni falsedad hay que decir que son españoles objetivamente GENOCIDAS
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