El amor no lo da el amor, sino un actuante con amor. El camino no lo da el camino, sino un actuante con camino (caminante). La luz no la da la luz, sino un actuante con luz (uno al interaccionar). La razón no la da la razón, sino un actuante con razón (Galileo, ése que demuestra más razón).
Por ello, no es a la razón a la que hay que valorar para ser alguien sensato, consciente y ético, sino solo al que de una forma no servilista y sí irrebatiblemente racional te demuestra más razón. ¡Eso es!, no es jamás al cristianismo (resultado aventurado hacia errores o no) al que hay que valorar, sino a Jesucristo (sí, claro, en honor a la verdad y para que no confundas ni manipules más).
Por ello, no es a la razón a la que hay que valorar para ser alguien sensato, consciente y ético, sino solo al que de una forma no servilista y sí irrebatiblemente racional te demuestra más razón. ¡Eso es!, no es jamás al cristianismo (resultado aventurado hacia errores o no) al que hay que valorar, sino a Jesucristo (sí, claro, en honor a la verdad y para que no confundas ni manipules más).