viernes, 6 de marzo de 2015

Lo que dicen solo se basa en que pueden imponerlo. Buscan o persiguen poder para, de seguido, imponer sus sinrazones o intereses antiéticos; por si alguna razón -o bien- se le ocurre encararse a ellos, pues ya tienen la guardia pretoriana -o juegos sucios o campos de concentración-  preparados.
Esquivan la razón (porque, si no la esquivaran, la reconocerían al menos un minuto al día), esquivan el bien, esquivan la conciencia (que atiende a la dignificación con el que demuestra, y eso no lo hacen ni un segundo), esquivan la luz (pues solo manejan intereses que, por prevalecer, tapan otros), esquivan alma y hasta Dios (pues JAMÁS le demuestran fidelidad a la verdad o a la sensatez).
El método del halago es el que reduce todo a excusa, es decir, esquiva la responsabilidad, esquiva la exigencia o el remitirte a deberes precisos -que no admiten autocomplacencias o rodeos-.

1 comentario:

José Repiso Moyano dijo...

Si tú no amparas o no reconoces la INFORMACIÓN, entonces proteges o sobreproteges -si hay una constancia- la DESINFORMACIÓN.


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Con la libertad, con la justicia.... pasa lo mismo.

Eres tú el sujeto o actor que siempre actuará -lo quiera o no-, pero lo hará lo más sensato, responsable, equilibrado, reparador, social, antimachista, antiracista, honrado, etc. que se pueda.

No a lo loco, a lo pillo o a errores continuamente cagando o excusando.




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