El que lucha contra las sinrazones es, objetivamente, quien hace el bien en el mundo; y, siendo así, debe -en un imperativo ético- tener todo tipo de protección que exista
Pero ocurre lo contrario, exactamente lo contrario ante los escritores españoles del diablo, corruptos de ética; pues lo podrido tiende siempre a pudrirse con todos los mecanismos de contumaz engaño y juego sucio, hasta lograr pudrir todo lo que pueda. Ellos impiden, tapan, anestesian.
1 comentario:
y porque, al luchar contra una sinrazón premiada o amparada socialmente, tú pierdes toda protección, tienes que renunciar a demasiadas métodos usados habitualmente - y que a los demás benefician- y, a eso, tus recursos de supervivencia se destinan siempre por un mayor desgaste.
Mientras, el que se alía con una sinrazón, todo eso se lo evita, tiene toda la vida beneficios y mínimas dificultades de esa sinrazón, y además incontables facilidades porque ninguna protección pierde y a nada tiene que renunciar y sus recursos de supervivencia ya los dedica a tener éxitos, trepando muchos escalones socialmente.
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