miércoles, 15 de enero de 2014

No existe bien sin verdad y no existe luz sin claridad. Por eso, algunos, demostrando que no quieren el bien, no quieren la verdad  rápidamente yéndose a cualquier frivolidad, al negacionismo dictador -pues negar es más fácil que reconocer o aplicar ética- y al desprecio o al nunca valorar al que aclara o demuestra -alineados a intereses, le exterminan y le exterminarán siempre la dignidad-
La verdad no tiene intereses; es verdad incluso sin intereses.

1 comentario:

José Repiso Moyano dijo...

Irracionalmente el que tiene un poder (literario, político, económico, social, mediático, militar, etc.) tiene miles de recursos para venderse como bueno -con la aprobación consciente, ingenuidad o consentimiento de la mayoría-; y el que demuestra razón y esfuerzos verdaderos no tiene apenas recursos -y gastándose los mínimos-, ayudas ni nada para seguir defendiendo la verdad. ¡Cuánto sufre éste!

¡Vaya barbarismo o terrorismo!

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