Todos reciben -de la mediación recurrente de algún poder- y asumen mensajes automáticos y, de seguido, los defienden a ceguedad, a fanatismo o a toda costa; convencidos totalitarios sin pararse a dudar algo o a reflexionar sobre tal extrema importancia que imponen.
Ejemplos: "El Congreso lo representa todo para el pueblo"; entonces, muchos se alinean "en ataque" para defender -sobredimensionándolo- eso; "la familia lo representa todo para el pueblo" y hacen lo mismo; "el rey representa todo para el pueblo" y hacen lo mismo; "la unidad nacional representa todo para el pueblo" y hacen lo mismo, hasta tal punto que defienden mucho pero no defienden nada concreto en convicción estrictamente personal o analizada ya que, lo que tienen que defender, es una persona de carne y hueso, algo justo que experimentan o demuestran, no ya tanta simbología. Pues es importante lo que pasa, no defender -con oídos sordos, muros y palos- a algo simbólico de lo que pasa -que es la realidad y cambiante-.
Ejemplos: "El Congreso lo representa todo para el pueblo"; entonces, muchos se alinean "en ataque" para defender -sobredimensionándolo- eso; "la familia lo representa todo para el pueblo" y hacen lo mismo; "el rey representa todo para el pueblo" y hacen lo mismo; "la unidad nacional representa todo para el pueblo" y hacen lo mismo, hasta tal punto que defienden mucho pero no defienden nada concreto en convicción estrictamente personal o analizada ya que, lo que tienen que defender, es una persona de carne y hueso, algo justo que experimentan o demuestran, no ya tanta simbología. Pues es importante lo que pasa, no defender -con oídos sordos, muros y palos- a algo simbólico de lo que pasa -que es la realidad y cambiante-.
1 comentario:
Lo importante es siempre lo que pasa -vivo y cambiante- y no lo que está fijo como símbolo mesiánico -por el cual chupan buenos beneficios los mismos- o incontestable del más allá.
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