viernes, 21 de septiembre de 2012

A  través de un mundo intercomunicado -con naturaleza o condición ya en informaciones globalizado-, en adelante va a haber por seguro muchas expresiones de todo tipo -sí, algunas no gustarán y serán siempre provocaciones para unos u otros-; por eso, las mentes deben estar maduras para tal globalización y, así, nadie volverse loco o fanático creando "guerras" o intolerancias inútiles de violencia.
Pero, claro, los imanes o los intermediarios de cualquier religión tienen una máxima culpa, por su descuido en transmitir valores de tolerancia o de no justificar la violencia por nada, precisamente por "causas de Dios" que exigen, en pura verdad, lo contrario.

1 comentario:

José Repiso Moyano dijo...

Ningún dios te pide que lo ames a través de la intolerancia o de la violencia.

Ni tampoco que lo defiendas a toda costa o "a cuchilladas"; puesto que él tiene un infinito poder para defenderse por sí mismo, con absoluta capacidad, facilidad o comodidad en lograrlo.

Eso de "defender a Dios" como ceguedad o como dogma es una total falacia o el hacer política o demagogia de la misma religión.

Defiende la no violencia, que es el amor sin engaños, y así sí que demuestras algo a tu dios.

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