Desde febrero de 2010, los principales carteles se han alineado en dos bandos, uno integrado por el Cartel de Juárez, Cártel de Tijuana, Los Zetas y el cártel de los Beltrán Leyva, la otra facción integrada por el cártel del Golfo, cártel de Sinaloa y el cartel La Familia.
HAY RECURSOS TOTALMENTE LEGÍTIMOS Y TOTALMENTE ÉTICOS DE AUTODEFENSA: Mientras el mundo ha sido mundo deben existir, como autodefensa, unos últimos recursos para esos que, en extremo corrupto, no le es válido nada: NI LA RAZÓN, NI LA ÉTICA, NI NADA.
SOBRE EL ELOGIO DEL INSULTO ------------------------------
Una niña, por ejemplo, ha sido violada durante toda su vida por su padre y éste le dice que no le ha hecho nada y aún sigue violándola; pues, ahí, ella OBLIGATORIAMENTE - si es ética, respetándose a sí misma- ha de insultarlo de una u otra forma; a continuación diré las formas que hay:
Claramente el insulto peor siempre ha sido el desprecio; pues los términos "insulto" y "desprecio" significativamente conllevan lo mismo y, si son lo mismo, en evidencia efectúan lo mismo o hacen lo mismo pero, el insulto, es más explícito o más honesto al evitar rodeos o hipocresía.
Ahora bien, como todo, está el desprecio o insulto gratuito -injustificable- y el racional -justificado ya racionalmente- que corresponde a hechos demostrables.
Es decir, siempre existirá que a un asesino se le diga asesino, y a un mentiroso se le diga mentiroso, y a algo bestial se le diga algo bestial y a un bestia se le diga bestia. Pues eso son desprecios, son insultos. Ningún ser humano en toda la historia ha sido ajeno a ellos, pero unos no los han necesitado por contar con muchas protecciones o defensas y, sin embargo, otros lo han necesitado -en defensa de su integridad ética- correctamente.
O sea, que un judío ante los nazis no puede recurrir a la razón -que no sirve en este caso- o científicamente no puede recurrir a nada que no sea el desprecio, se mire por donde se mire. Pero... ¡evidentemente tendrá que recurrir a algo!, por no quedarse pasivo y desamparando él mismo a su propia dignidad.
2 comentarios:
Desde febrero de 2010, los principales carteles se han alineado en dos bandos, uno integrado por el Cartel de Juárez, Cártel de Tijuana, Los Zetas y el cártel de los Beltrán Leyva, la otra facción integrada por el cártel del Golfo, cártel de Sinaloa y el cartel La Familia.
HAY RECURSOS TOTALMENTE LEGÍTIMOS Y TOTALMENTE ÉTICOS DE AUTODEFENSA:
Mientras el mundo ha sido mundo deben existir, como autodefensa, unos últimos recursos para esos que, en extremo corrupto, no le es válido nada: NI LA RAZÓN, NI LA ÉTICA, NI NADA.
SOBRE EL ELOGIO DEL INSULTO
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Una niña, por ejemplo, ha sido violada durante toda su vida por su padre y éste le dice que no le ha hecho nada y aún sigue violándola; pues, ahí, ella OBLIGATORIAMENTE - si es ética, respetándose a sí misma- ha de insultarlo de una u otra forma; a continuación diré las formas que hay:
Claramente el insulto peor siempre ha sido el desprecio; pues los términos "insulto" y "desprecio" significativamente conllevan lo mismo y, si son lo mismo, en evidencia efectúan lo mismo o hacen lo mismo pero, el insulto, es más explícito o más honesto al evitar rodeos o hipocresía.
Ahora bien, como todo, está el desprecio o insulto gratuito -injustificable- y el racional -justificado ya racionalmente- que corresponde a hechos demostrables.
Es decir, siempre existirá que a un asesino se le diga asesino, y a un mentiroso se le diga mentiroso, y a algo bestial se le diga algo bestial y a un bestia se le diga bestia. Pues eso son desprecios, son insultos.
Ningún ser humano en toda la historia ha sido ajeno a ellos, pero unos no los han necesitado por contar con muchas protecciones o defensas y, sin embargo, otros lo han necesitado -en defensa de su integridad ética- correctamente.
O sea, que un judío ante los nazis no puede recurrir a la razón -que no sirve en este caso- o científicamente no puede recurrir a nada que no sea el desprecio, se mire por donde se mire. Pero... ¡evidentemente tendrá que recurrir a algo!, por no quedarse pasivo y desamparando él mismo a su propia dignidad.
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