Para el error, para la involución, para la incomprensión, para la
crueldad de cualquier tipo de injusticia, siempre se recurre a lo mismo (por falta evidente de buena voluntad, de
autocrítica, de sensata valoración y de conciencia): al
"es que soy así".
Pero ese obsesivo -cómodo y egoísta- recurso
NO PUEDE JUSTIFICAR NADA contra la razón o
contra unos principios éticos; sí, tú serás "
como seas" pero eso es "en lo emocional" que es inamovible -por condición genética-. Sin embargo, si ya no quieres darte cuenta de algo -
atendiéndo sólo a la voluntad tuya y a la decisión del valorarlo-
es porque no quieres. Así es de claro, sí, muchos viven de forma inamovible: a ideas fijas, dejándose depender de costumbres, de modas, de símbolos del cine o del mercado o del poder, etc.
Esos no comprenden nada ni nada dejan evolucionar o mejorar sencillamente
PORQUE NO QUIEREN -
a mollera cerrada-.
1 comentario:
1 comentarios:
José Repiso dijo...
A la verdad de la realidad no le es nunca suficiente ser verdad, no, sino quiere ante todo que la defiendas (por ser útil en el construir todo con sensatas soluciones y por no ser negada porque se justifiquen errores o injusticias).
31 de mayo de 2011 01:53
Publicar un comentario