sábado, 18 de septiembre de 2010

No se puede condenar y hacerle la vida imposible a una persona por lo que dijo (la libertad de expresión o existe o no; no puede estar deliberada por una inquisición ni estar aprobándose por el arbitrio de algo) , sino por lo que hizo, por sus hechos.
Nunca he impedido ni he sido intolerante con nadie. Todo lo que aquí está son posiciones críticas de ética y de pensamiento libre; las cuales no impongo a nadie, ni son cerradas a una contraargumentación, ni atentan de una manera objetiva contra los derechos humanos, porque no hacen apologías en contra de ellos.
La injusticia es, sobre todo, un desigual trato a una misma condición y a un mismo logro racional (así es, de un ser humano sólo se sabe que ha recibido injusticias en tales resultados, que "están ahi" o forman parte de los hechos ). Por lo tanto, objetivamente, la persona que más injusticias ha recibido es aquella que, a unos esfuerzos y con unos mismos derechos humanos, tiene resultados contrarios -para su dignidad- a los que cualquier otra persona. Y que tú no recibas las injusticias que recibió un ser humano no significa que no existan o que se eliminen, sino que en ti no; y a veces las pisoteas más en desprecio. Por ejemplo, en concreto a un mismo esfuerzo, uno en hechos -que se ven o demostrables- tiene algo en dignidad y otro, en consideración paria, humillación. Algunos NO SABEN cuánto daño han hecho "en hechos" que es totalmente imposible el eludir el compararlos con lo peor (sería uno un cínico sin alma intentando lo contrario, ¿alguien evitaría comparar a Judas con la peor alimaña?, las comparaciones o las parábolas hicieron que se aprendieran los valores, sí, todo se lo debemos a ellas y, por obligado si se es ético, hay que utilizarlas o ¿es que vas a prescindir de las ejemplaridades, de las referencias o modelos -tanto en lo mejor o en lo peor- que sustentan el mismo saber?).

3 comentarios:

José Repiso Moyano dijo...

Hay unos que dicen a lo chulo que a ellos no les dan nada. Pues bien, a ellos les dan miles de cosas no en el año, no en el mes, sino en el día o en la hora.
Pues muchas cosas te las dan gracias al juego sucio -seductor o cómplice- que te has agarrado, así es, son cosas absolutamente dadas o permitidas -que nunca son producto directo o ¡únicamente! de tu sudor o de tu esfuerzo, sino de favorecer interesadas o parciales reglas de juego-; y algo más: te dan también las facilidades para conseguir las cosas, o sea, con sólo decir que eres católico ya tienes una evidente facilidad para conseguir cosas en el contexto de los católicos.
En eso, cuanto más vía mediática, vía peloteo, vía halagadora y pasota, vía indiferente o de dejar pasar injusticias, vía contemplativa y de consentir corrupciones, o vía escaparate para parecer grande o de la clase alta, o vía lamedora de culos o alineadora de cualquier costumbre o poder, o vía totalmente ratera o hipócrita, pues más cosas y facilidades para conseguir las cosas se te dan -de lo que le falta o se le quita al que tiene hasta las lágrimas pisoteadas-.

José Repiso Moyano dijo...

Ni una migaja de pan, de las que me he comido en toda mi vida, PROVIENE -en complicidad- DE UNA INJUSTICIA.
A ver si otros lo consiguen o que, al menos, consigan que una les provenga de algo que no sea de una justificación amoral o de una injusticia. Ahí sí que habría... un gran milagro.

José Repiso Moyano dijo...

PEDANTERÍA para defender un irracional interés, VACILACIÓN para defender un complejo de superioridad (sin humildad) Y ESTUPIDEZ para no reconocer nada por frivolidad de valores y por envidia y por rencor “sucio” -puesto que el "limpio" es algo sano-: eso es lo que hay en muchos medios de comunicación.

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