Nadie "te obliga" a que vayas a esta "fiesta"; pero el problema no es ése, sino que tal maltrato existe, es real (y, frente a él, tú puedes ayudarlo -si lo consientes- o no).
La mayoría de los maltratos que hay en el mundo forman parte de la cultura, del patrimonio cultural (o de la tradición que es la realización pragmático-popular de la cultura), el cual únicamente depende (como tanto que se ha corregido o ha evolucionado, pues la ética es una maduración por experiencias o errores -claro, no es la misma ética la de los bárbaros que la de la Alemania actual) de la voluntad, de la renuncia o de la no renuncia por intereses retorcidos o económicos.
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