jueves, 29 de octubre de 2009

Actualmente existe el truco, para escapar de cualquier responsabilidad o de la mínima conciencia, del recurrir a "esto es excepcional". Así, si en un país no ha habido aún Golpe de Estado y ya lo hay, pues es "excepcional"; si en un pueblo se ha violado a una niña y últimamente no suele ocurrir, pues es un "caso excepcional"; si se roba, con una estafa filatelia, a medio millón de personas, pues es un "caso excepcional".
Pero es que ¡no existen "los casos excepcionales"! (todo es excepcional, por cuanto no va a ocurrir de "la mismísima manera") y, también, para la conciencia, no debe caber "lo excepcional" EN LO GRAVE.
Todos son -o somos- responsables hasta de lo que se imagine como "caso excepcional" porque, con actitudes y con acciones, tienen el deber ético de evitarlo: no consintiendo, no eludiendo protestas, no prefiriendo inacciones, indiferencias o frivolidades que sirven como "cortinas de humo" para unas irresponsabilidades en concreto.
Y a nadie LE GUSTA "generalizar" porque, eso, sólo es un "modo de malestar" o una protesta legítica y eficaz desde siempre para el "mal" de "un entorno" que DEJA PASAR en irresponsabilidad LO GRAVE.

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