domingo, 23 de abril de 2017

Con dejar ganar a un mal, ya eres tú una concausa de lo que ese mal produzca en adelante. Exacto, dejar ganar a una sinrazón objetivamente determina que, tal sinrazón, ya cuenta contigo en adelante para volver a ganar. Y dejar ganar al mal valorar o a una alineación cualquiera que sobreprotegerá antes en función de ser alineación, no de criterios limpios o sensatos.
ANTE LOS ESPAÑOLES,  INFINITAMENTE GENOCIDAS: Un retrasado (en ética) intelectual español me dijo "¿cómo voy a ser genocida si yo no he matado a nadie?".  Pues Hitler tampoco objetivamente mató a nadie en persona y eso, lógicamente, no quita en honor a la verdad el ser genocida.
Exacto, "tan culpable es quien mata la vaca como quien le agarra la pata". Es decir, tan HdP es quien hace el mal como quien impide TOTALMENTE los recursos del bien (como hacen los genocidas españoles). Más claro, tan culpable es quien funda y promueve la sinrazón (el móvil o motor de todas la injusticias) como quien impide radicalmente la razón (silenciándola, esquivándola, desamparándola, etc.) como hacen a miles de objetivas pruebas racionales los genocidas españoles (que amparan, sí, únicamente lo contrario a buenipillería como desvergüenza y a absoluta falta de respeto y de ética, la cual jamás han tenido). Si son objetiva o infinitamente "genocidas", cierto, no es culpa mía;  pero lo sería por seguro si no lo dijera así en no admitir complicidad, a invendible posición ética o a invendible o indecorable decencia.

2 comentarios:

José Repiso Moyano dijo...

La verdad es verdad y no puede falsearse con tantos trucos que utilizan los mismos "intelectuales" para esconder o disimular (por protagonismo, por dinero, por ganar premios literarios a total insensibilidad o sangre fría, etc) las concausas de una sinrazón; o sea, no se puede pretender el utilizar verdad para mentir o para dirigirte hacia la mentira porque, eso que conduce a la mentira o ampara alguna mentira, jamás puede ser verdad ni corazón (por mucho culo de algún poder que hayan lamido).


Pues algo así quieren muchos españoles: utilizar a la verdad y mearse en la verdad para no sé qué retorcimientos de objetivo error o terquedad que tienen en las cabezas.


Lo que pasa es que los españoles quieren A LA FUERZA que algo sea lo que ellos quieren por terquedad o a porque sí que da una inevitable crueldad -algo comprobado desde que nací- y, porque eso sea así, pisotean, desangran, burlan, encadenan, escupen y fusilan a la verdad diciendo luego, con la mayor antiética, que la respetan y... que la dicen.


Pero la verdad no va en función de las mayorías, de la capacidad de imponer, de los trucos, de los circos, de los países más fuertes o más explotadores, de los falsantes escritores -aprovechados del imponer-, de las costumbres o de los cabezones mediáticos, ¡no!, sino de no ser al fin tan HdP y nazis como ellos.


Y la verdad no tiene por qué arrodillarse a sus puras mierdas por muy poderosas que las impongan, ¡basta ya!


29 de noviembre de 2015

José Repiso Moyano dijo...

Una dictadura nadie la hace, sino TODOS ayudan a hacerla.

Un capitalismo nadie lo hace, sino TODOS ayudan a hacerlo.

Un machismo nadie lo hace, sino TODOS (con callar, consentimientos, mirar hacia otra parte, con sobreproteger la cortina de humo que impide encararlo, con seguir ayudando a sinrazones, etc.) ayudan a hacerlo.

ETC.
ETC.

Publicar un comentario