jueves, 15 de septiembre de 2016

El que es fanático o actúa con fanatismo considera, utilizando todos sus recursos emocionales en prioridad ante la razón, lo que es importante socialmente de una forma incontestable o cerrada (a la razón).  Cuando, en verdad, lo socialmente importante únicamente lo puede averiguar o demostrar la razón.
Cada uno de los intereses creados (importancias creadas al margen de la sensatez) no puede evitar el utilizar su propio fanatismo.
Los males (sinrazones) existen porque los males (sinrazones) se defienden por los que deberían defender de una vez razón y quien la demuestra; pero no!, siguen defendiendo tercamente sinrazones.
La luz para que la defiendas, tienes que verla (o lo que equivale a ella);
la razón para que la defiendas, tienes que decirla a todo pesar.

1 comentario:

José Repiso Moyano dijo...

La razón (o todo lo limpio que no esté al baile de intereses de poderes sociales) no necesita que la salvemos, ni siquiera con antropocentrismo de academias, ni de dictados de época, ni de ciencia siempre en objetivo error, sino que no la jodamos más, al fin que no la jodamos más con tantos tronos-privilegios-superioridades cagando hacia ella

2 de septiembre de 2016
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La respuesta de razón (de pro-razón) o la respuesta de vida (de pro-vida) o de honestidad (pro-honestidad) o de religión-sentido de vida es universal (de pro-tu dios), irrenunciable y obligatoria (por sostener ética) en cualquier situación y ante cualquier persona (violenta, no violenta, nos guste, no nos guste, falsa o lista, etc).

Sí, porque la razón es condicional (tener tal condición propia o natural en todo momento) como lo es la misma condición natural, es irrenunciable y, además, no puede ser capacidad de marginación. Es decir, tal condicionalidad debe cumplir: que tal razón se la demuestras a todos o, en verdad, no es razón.
Así es.
2 de septiembre de 2016


Hasta los cuarenta años -y aún también- me dediqué, de día y de noche -pues poco dormía para lo siguiente que digo- en crear bienes sociales (reconocer el esfuerzo racional, barreras a lo establecido a porque sí, romper el hielo en desigualdades sociales, dar pasos valientes en frenar costumbres crueles, el práctico no consentimiento de lo injusto, el no esquivar demostraciones, aclaraciones por la eliminación de prejuicios, etc) utilizando la totalidad de mis recursos vitales -incluso algunos de comer- mientras que, tales recursos, mis vecinos compraban grandes propiedades en vistas al futuro de sus bolsillos y mientras los escritores españoles los utilizaban en pillar únicamente para ellos por todos sitios con sumarse a sobreproteciones rastreras o con lameculismos incluidos

Así es, mis bienes sociales están ahí, en la sociedad, en los hechos, y todo el mundo inevitablemente los coge -sí, aunque no se quiera se cogen, porque están ya en el uso social y eso no depende de querer-. Por el contrario, pongo en claro que yo no he recibido ni la millonésima parte de nada, o sea, ¡nada jamás de ellos! Y no es solo eso, sino que me han quitado cada segundo vital digno, y los elementos también de ayuda que la misma naturaleza me los daría si no lo impidieran; y no solo eso, sino también los millones de segundos de felicidad que me han impedido, de vida mínima, de derechos humanos -que sí tuvo objetivamente por ejemplo Hitler-. ¡Qué fríaldad sin alma son! ¡Qué infinita crueldad!

26 de noviembre de 2015


Todo lo injusto o lo que es cruel es una resistencia a admitir la razón, sobreprotegiéndose otra cosa u otros intereses. Por sinergia de tales intereses, la razón -y sus esfuerzos- se desprotege y se pisotea porque no va exclusivamente a defenderte a ti o a otro, sino -sin marginalidad- a todos, lo que conlleva una confrontación a los privilegiados que poseen todos los recursos de mediación -de los cuales no estás libre y te utilizan-.


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Tú podrás decir que luchas -al igual que muchos, ¿quién no lucha con más o menos comodidad?, pues luchar con sinrazones es FACILÍSIMO-, pero tu lucha está ineludiblemente DIRIGIDA por lo que te machacan los medios y por lo que te contagias de demagogias interesadas de unos o de otros. Pero, el que es ético, no tiene una lucha dirigida por todo eso -y por sus beneficios-, sino atiende a las propias e insobornables exigencias éticas, que se ningunean por poderes y se desprotegen; por lo que tú lo pisoteas siempre: consciente o inconsciente (de lo que tienes también responsabilidad)

31/03/15

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