viernes, 26 de junio de 2015

Una mentira jamás gana sin "cultura" (que es un modo de guiar social hacia intereses sobreprotegidos que impongan establecimiento o moda)  o sin poder, el cual la hace dominante o rentable. La cultura absolutamente siempre le da a la mentira (o a la sinrazón o a lo que impone lo más banal) la victoria.
La cultura -que siempre está en manos de los mismos- es la única que crea élites-opresiones, sobredignidades consideradas de lo más normal, que precisamente son las causas de todas las injusticias que existen (esto es, sub-personas que siempre tienen límites-barreras ante las puertas pijas-sobrepayasas de los intelectuales en boga)
La cultura no está en manos de lo impoluto, sino de lo contrario. Cultura es y será siempre una IMPOSICIÓN DE LOS INTERESES MÁS SOBREPROTEGIDOS CON PODER, sí, es inevitable contagio de mierda. Un ético jamás debe buscar "cultura", sino lo opuesto o "cultura insobornable o ética".
Exacto, debe buscar conocimiento honesto y responsable, y creatividad que también sea libre de ser controlada o manipulada o buenizada por intereses no ético-racionales.

5 comentarios:

José Repiso Moyano dijo...

Todo lo que se manufactura para unos intereses particulares, para unos beneficios que en dirigismo interesan, es -en definitiva- manipulación, es no más que MENTIRA; ahí, de todo -hasta de lo anecdótico o natural- se hace un gran problema, un problema que perjudica -para que ganen- a los que no están "con ellos".
Y también se mueven en el modo intolerante de "Si no haces lo que yo digo, entonces, eres un colaborador del terrorismo, del antipatriotismo, etc".
Ya darle cabida a una sola sinrazón -hecho del cual no se responsabilizan- es el real inicio de la sinrazón -razón utilizada o burlada o corrompida-, de que ya nada es válido, sino corrupto.
Así, algunos medios de comunicación contienen una mentira total, no algo, sino total; en todo, y hasta en donde los corruptos precisamente son los que hablan de la honradez, los insensatos de la sensatez, los fanáticos de la moderación y los astutos de la honestidad (esa manera fácil de engañar a todos y, de paso, también a ellos mismos).
Y un día y otro imponen la total mentira en disimulo -en mierda acicalada- o como si nada -de impunidad- porque, a la verdad, no les dejan medios (la censuran, la destinan a la exclusión, a campos de concentración de ninguneo o de desprecio, a la lejanía o a la invisibilidad donde no se pueden pedir derechos, que son sólo para ellos) ni camino ni dignidad, para manifestarse, para "ser", para rectificar todo el horror ayudado por muchos y aceptado.
25 de marzo de 2010, 12:58

José Repiso Moyano dijo...

¡No se entera el mendrugo destructor español!,

La sinrazón no es lo que tú crees que es sinrazón, sino lo que te demuestran que es sinrazón.

José Repiso Moyano dijo...

Si tú te beneficias de una injusticia, significa que tú estás AYUDANDO a esa injusticia.
Y de ayudar a una injusticia siempre hay beneficios: en facilidades, en adquisición de recursos, en apoyos, en desaparición de obstáculos y de detractores, etc.
Así es, la sociedad es un conjunto de beneficios que se consiguen o no, o que hay más facilidad o no por conseguirlos en función de consentimientos -sin renuncias imprescindibles desde unos principios éticos- o de "colaboracionismos" que van desde la pasividad, la indiferencia o el "dejar pasar" una cosa u otra que es reprochable éticamente; pero beneficia el hacerlo, y... se hace.
Ahora bien, el que no lo hace, sin duda se queda sin esos beneficios -al margen de los beneficios de conciencia que sí los tiene, y probados-; por lo que deberá luchar desproporcionadamente mucho más para sobrevivir.
También, se debe considerar que unos se pasan toda la vida beneficiando a una parte conveniente de la sociedad -para que funcione esa parte en desequilibrio- y no beneficiando al todo de la sociedad -para que funcione toda la sociedad, en donde sí está la verdadera "construcción"-. Cierto, si de verdad se defiende la "naturaleza", gravísima insensatez sería el sobreproteger a... cualquier parte.
La coherencia de todos mis escritos DEMUESTRAN -ahí están- que no me alineo obsesiva y erróneamente a proteger una parte, sino a atender al "vehículo entero de la sociedad" y, en claro, no colaborando o "dejando pasar" ninguna parte -reprobable en ética- que los demás hacen, por recibir beneficios "convenientes".
Por último, para que funcione cualquier injusticia ha de tener imprescindiblemente un colaboracionismo -si no, no existirá- y, en eso, una mayoría van haciendo la "vista gorda", frivolizan, van haciendo una bola de nieve de irresponsabilidades, desprecian la racionalidad -que es la única base para que funcione todo el mecanismo social-, van alimentando un sutil cinismo, sí, una fría condescendencia a lo vano, un perverso "buenismo".
2 de febrero de 2013



2 comentarios:

José Repiso dijo...
DAR LA CARA A LO QUE FALLA, O NO DARLA (ah, lo primero requiere renuncias éticas y, quizás, quedarte desprotegido o más solo como, p. ej., de tantos, el que defiende a la mujer en un país islámico muy extremista).

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Para DEMOSTRAR únicamente sirven las reglas de la razón: el tú "desnudo" frente a la razón, sin rodeos, sin influencias, sin medios de comunicación, sin credibilidades, sin consignas, sin avales de ningún tipo.
Es decir, la razón o la demuestras o no; es lo que eres capaz de dar de ti, "tú solo".

2 de febrero de 2013, 16:00

Anónimo dijo...
El poder de la verdad es extramadamente más débil que la mentira.
La verdad no cuenta con gobiernos, con ejércitos, con dictadores, con multinacionales, con la mediatización interesada de los medios de comunicación, con la indiferencia de facebook, con armas, con espectáculos, con chovinistas, con dogmáticos religiosos, etc.
La verdad no cuenta con nada, nadie le ayuda de corazón, solo cuenta con el corazón tuyo, con un alma que se separe de eso, pero muchísimo ayuda a pisotearla.
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22 de diciembre de 2011 13:28


José Repiso dijo...

Unos solo sufrir de lo que los demás pisotean; pero, esos "demás" siempre son los que tienen recursos, licencias perversas o antiéticas y comodidades para montárselos de santos -dominando en todo- siendo únicamente unos HdP, en esencia sin engaños.

2 de febrero de 2013, 16:01

José Repiso Moyano dijo...

El error es un seguir terco cuando ya te han rebatido racionalmente algo -en forma plena, sin fisuras racionales que amparen alguna sinrazón-.

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Hay unos que dicen a lo chulo que a ellos no les dan nada. Pues bien, a ellos les dan miles de cosas no en el año, no en el mes, sino en el día o en la hora. Pues muchas cosas te las dan gracias al juego sucio -seductor o cómplice- que te has agarrado, así es, son cosas absolutamente dadas o permitidas -que nunca son producto directo o ¡únicamente! de tu sudor o de tu esfuerzo, sino de favorecer interesadas o parciales reglas de juego-; y algo más: te dan también las facilidades para conseguir las cosas, o sea, con sólo decir que eres católico ya tienes una evidente facilidad para conseguir cosas en el contexto de los católicos. En eso, cuanto más vía mediática, vía peloteo, vía halagadora y pasota, vía indiferente o de dejar pasar injusticias, vía contemplativa y de consentir corrupciones, o vía escaparate para parecer grande o de la clase alta, o vía lamedora de culos o alineadora de cualquier costumbre o poder, o vía totalmente ratera o hipócrita, pues más cosas y facilidades para recibir de todo.

Es un ir cediendo tus valores o el procedimiento debidamente ético-racional por otra cosa a cambio: fácilidades, comodidades, respaldos alineadores y puertas abiertas a los del club afín o a los consentidores-cómplices.

18 de septiembre de 2010

José Repiso Moyano dijo...

Comparar es la capacidad (y aplicación racional) del advertir diferencias y semejanzas entre dos cosas reales (objetos o experiencias). Por tal capacidad nacen o se producen otras dos primordiales en la inteligencia: la precaución (o la alerta) y el seguimiento (o la confianza).
Sí, cuanto más distingues unas diferencias a las semejanzas-relaciones que te conforman una seguridad-adaptabilidad, más precavido y más crítico (ante lo improvisado que da lo diferente) has de ser: y, cuanto más semejanzas distingas, más seguridad tendrás, y mayor seguimiento o mayor procedimiento de adaptabilidad puedes decidir.
Tú solo puedes decidir (con efectividad de conocimiento, de razón...) tras el comparar, exacto. Todo se lo debe a eso: la sociedad solo decidió la democracia al comparar, los pueblos solo dedidieron la no esclavitud al comparar, etc. Un león solo ha sobrevivido al comparar sus presas y, por tal experiencia-conocimiento, decidir la mejor para garantizar su supervivencia.
Por eso es obligatorio (en el contexto racional-equilibrado) el compararlo absolutamente todo (claro, si estás equilibrado) para poder luego decidir o... existir.

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