lunes, 28 de abril de 2014

Pues suelen ser millones, a Berlusconi le ayudaron y le defendieron millones -y muchos muy bien leídos-. 
En España, de una u otra manera, se ha ayudado a los cientos de corruptos -¡a todos! sin alguna vergüenza o alma-que se han aprovechado de la crisis. Y se ha ayudado a todos los que manipulan, maltratan, ocultan y niegan derechos. Pero, al que ha demostrado razón-ética a miles de sacrificios, no, no le han ayudado ni la milésima parte de un segundo (¡vaya sangre fría y terrorismo!).

4 comentarios:

José Repiso Moyano dijo...

Todos mis derechos humanos se me han pisoteado en España durante todos los segundos de mi vida.

José Repiso Moyano dijo...

La injusticia es, sobre todo, un desigual trato a una misma condición y a un mismo logro racional (así es, de un ser humano sólo se sabe que ha recibido injusticias en tales resultados, que "están ahi" o forman parte de los hechos ). Por lo tanto, objetivamente, la persona que más injusticias ha recibido es aquella que, a unos esfuerzos y con unos mismos derechos humanos, tiene abismalmente resultados contrarios -para su dignidad- a los que cualquier otra persona. Y que tú no recibas las injusticias que recibió un ser humano no significa que no existan o que se eliminen, sino que en ti no por cómplice, indiferente o por sobreprotegido por lamerles el culo a los intereses dominantes; y a veces las pisoteas más en desprecio. Por ejemplo, en concreto a un mismo esfuerzo, uno en hechos -que se ven o demostrables- tiene algo en dignidad y otro, en consideración paria, humillación.
24 octubre 2012

José Repiso Moyano dijo...

Ellos siempre tienen alguna o bastante dignidad de una manera o de otra -robándola o utilizando todos los trucos antiéticos posibles-; sin embargo, no se acuerdan del que nunca se le ha permitido, de los millones de esfuerzos y de sobrealientos -me gustaría que ellos afrontaran solo uno de esos a ver qué pasaba- que he tenido que sobrellevar. ¡Qué fácil es lo fácil!, para cualquier cosa que ellos cogen tan fácil, a mi siempre me ha supuesto demasiada lucha a incontables obstáculos. Hay pruebas suficientes -con documenntos y escritos publicados- que ya a mis 14 años ya estaba luchando por las causas esenciales de la sociedad: lucha contra la desigualdad de género, lucha contra la desigualdad social y lucha por la aplicación de los derechos humanos. Mientras que algunos que empezaron hace cuatro días ya los sobreprotegen con todos los piropos, recursos y facilidades. ¡Qué miseria interior tienen!, ¡qué asco de lo que hacen!
14 de junio de 2012

José Repiso Moyano dijo...

Unos basan sus vidas en todos los beneficios de sus dobles morales, de sus cinismos y de sus complicidades (sus "consentimientos"), ¡qué fácil y qué siembra, a la vez, de injusticias que no mejoran NADA!. Por el contrario, los que no -porque es su condición o porque no les va el juego sucio-, tienen que luchar -sí- cientos de veces más que esos y... recibiendo -de esos- ¡tanta no-ayuda! y ¡tanta represalia posible! 17 febrero 2010 --- Los países o solo grupos -o corporativismos- son los únicos que pueden INSTITUCIONALIZAR una injusticia como no tolerar ni dignificar cierta diferencia de naturaleza propia o de pensamiento (y, así, en eso, ningunean o censuran la razón, discriminan, coaccionan o -lo que es lo mismo- persiguen). 12 febrero 2010
--- Todo sinvergüenza, todo dictador, todo cínico escritor recurre SIEMPRE a lo mismo (porque a eso es muy fácil recurrir y ya no es tan fácil recurrir a la responsabilidad o al buen hacer para que, así, haya "hechos"... buenos) y es, en en

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