martes, 11 de marzo de 2014

El que lucha contra las sinrazones es, objetivamente, quien hace el bien en el mundo; y, siendo así, debe -en un imperativo ético- tener todo tipo de protección que exista
Pero ocurre lo contrario, exactamente lo contrario ante los escritores españoles del diablo, corruptos de ética; pues lo podrido  tiende siempre a pudrirse con todos los mecanismos de contumaz engaño y juego sucio, hasta lograr pudrir todo lo que pueda. Ellos impiden, tapan, anestesian.

1 comentario:

José Repiso Moyano dijo...

Luchar solo por una -solo una- sinrazón diariamente supone un total o infinito esfuerzo y sufrimiento -cuando es en desprotección-.

Si solo luchar en coherencia contra una sinrazón supone eso, ¿qué supondrá cuando se lucha contra muchas?


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En España únicamente gana quien pisotea y se aprovecha al máximo en su tapar pillo con mentiras.

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