sábado, 21 de diciembre de 2013

Cada cual puede abrir puertas a la verdad o, por el contrario, cerrar puertas a la verdad; sí, con esto segundo se defiende solo sus intereses, y lo demás -en el fondo- le importa un pimiento.
Con las mismas sinrazones siguen y siguen algunos, fortaleciéndolas a través de poder, de mediación y de más poder. ¡Vaya tiranía!

1 comentario:

José Repiso Moyano dijo...

Las leyes o los lemas o los prejuicios que cada intolerante lleva dentro:

- Si hablas de tal cosa crearás crispación, por lo tanto hay que callar.

- No debes hablar de las mujeres, no debes hablar de los pobres, no debes hablar de los niños, pues no debes hablar por ellos.

(En definitiva, esto segundo significa que no debes hablar de nada. Pero toda persona ética debe denunciar y pedir por quienes hay que pedir más justicia. Exacto, Jesucristo pedía por los pobres, por eso hablaba de ellos; Gandhi pedía por los indios, por eso hablaba de ellos. Sí, hay que hablar por ellos y de ellos -puesto que algún día le tocará a tu hijo o a ti mismo ser uno de ellos-, ¡así es la razón y estar coherente en la vida!)

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