miércoles, 18 de abril de 2012

Para tener CONCIENCIA sobre la realidad se precisa:
- Conocer algo real de forma racional.
- Aplicarle a ese conocer los principios éticos
- Verificar y RECONOCER si lo has hecho así (autocrítica)
- Y, por último, RECONOCER a quien lo hace así al margen de tu conveniencia emocional.
Pero elabora cada cual su desprecio a eso -el reconocer a lo racional, sí, se desprecia-, habiendo un resultado de incapacidad de conciencia.

4 comentarios:

José Repiso Moyano dijo...

Se hace lo que harían los nazis. Nunca de la realidad se ha comprobado dignidad, sino todo lo contrario -en mí-. Ni reconocen nada, odian el reconocer -justo lo que haría Hitler- y todos los HdP a esfuerzos facilísimos, manipuladores que imponen sus mentiras -al mismo tiempo que se me censura, pues la realidad lo ha demostrado siempre- y sus dobles varas de medir.
Todo es escenario de falsedad donde el superficial -pero con todas las influencias y recursos- y el astuto a infinita mentira se impone.

Pedro García dijo...

Todos juntos lo único que han aportado es... daños de doble vara de medir, mentiras y mentiras, Pero tú no.

¡Ánimos!

José Repiso Moyano dijo...

En todas las épocas -en ignorancia, en vanidad- se creían haber llegado a las cimas del conocimiento, presuntuosos de que ya poco quedaría por mejorar o aprender; pero... estaban en cierta barbarie, a sin conciencia de ello.

Ten en cuenta que en esta vida se le puede dar las espaldas a la CONCIENCIA, al DEBER ÉTICO y al CUMPLIMIENTO o al compromiso, lo que significa un escenario de falsedad por muy bonito que lo pongan los interesados -pues en toda dictadura o barbarie el escenario fue precioso, es decir, la SUPERFICIALIDAD fue pintada hasta lo más hermoso-.

Sí, se le puede dar las espaldas a la responsabilidad, a la sensatez, a la honradez, al amor ético, a la justicia, etc.; y eso solo significa en neto que se IMPIDEN, claro, que se impiden los valores éticos por esos MEDIOS, con tales preciosidades o justificaciones de superficialidad.

Y, asimismo, se impide al que demuestra todo esto que estoy diciendo (porque la sobreprotegida e imperante superficialidad lo impide), y se impide reconocimiento a quien -demostrándolo- se esfuerza en luchar contra tanto eludir valores o se impide, al menos, el dignificarlo mínimamente.
Esa es la crueldad: No vivir éticamente o humanamente, ni dejar vivir.

José Repiso Moyano dijo...

Ahora mismo, puedo asegurar que sin duda la superficialidad está pintada hasta lo más hermoso; algo que, conllevando tanta brutalidad y barbarie, destruye la sutilidad del construir lo ético y lo humanitario que requiere mucho cuido, persistencia y protección.

Exactamente es lo contrario de lo que se hace: el sentido psicológico de la espectacularidad en el mundo ha crecido abismalmente -casi de una forma irreversible-, el rigor de esfuerzo por los ideales ha decrecido también demasiado y, además, hay más respeto por la imagen y por lo mediático que por el mismo esfuerzo del conocimiento -se ha perdido el "honor de cultura"-.

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